Las cuatro momias catalanas
Ni en Barcelona, ni en toda España hay un museo egipcio como los de Berlín o Londres, ni una sala como la del Louvre. Todo lo más, el Museu Egipci de Barcelona, fundado por el hotelero Jordi Clos, y las salas especificas del Museu Víctor Balaguer de Vilanova i la Geltrú y del Museu de Montserrat.
Y a diferencia de museos como el de Londres con gran número de momias, el público catalán solo tiene acceso a cuatro. La primera en llegar a Catalunya fue la del niño Nesi, en el museo Víctor Balaguer, donación de Eduardo Toda, quien para viajar desde Egipto la etiquetó como “bacalao seco”. Correspondía a un niño de unos 5 años, embalsamado unos 1.000 años a.c. Otra está en el Museu Episcopal de Vic y es conocida con el nombre de Nadegaubastisred, momia de una bailarina tebana, donada por el político Joaquim Badia, en 1897. La tercera es la momia de un adulto del siglo II a.c. donada al Museo de Montserrat por el Bonaventura Ubach, en 1923; y la más reciente incorporación ha sido la dama de Kemet, al parecer de una chica de unos 15 años, en el Museo Egipci de la Fundació Arqueològicaclos. Según un estudio de hace unos años hay además tres cabezas, sin el resto del cuerpo, en distintas colecciones y existía otra momia entera en una colección privada barcelonesa de la que se habría perdido el rastro. Hasta hace unos años se creía que había una momia en el Museo Darder de Banyoles, pero se comprobó que era aún más falsa que el famoso “negro”.