Iglesias y Colau exhiben los logros de su espacio cuando gobiernan
Jéssica Albiach pide el voto para acabar con el “desbarajuste” de Junts y ERC
Hay muchas formas de decir sí se puede. Ayer los comunes lo hicieron en un auditorio medio vacío, debido a la pandemia, en su acto central de campaña en Santa Coloma de Gramanet, sin el tono mitinero y eufórico de antaño que solían gastar en las plazas. En cambio, el vicepresidente segundo del Gobierno y secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y la alcaldesa de Barcelona y líder de Catalunya en Comú, Ada Colau, exhibieron algunos de los hitos logrados desde que accedieron a las instituciones –el escudo social este último año, los ERTE, la subida del salario mínimo, el ingreso mínimo vital, vivienda pública para alquiler social o la compañía eléctrica de la capital catalana–; y, además de marcar los restos que están por venir, recordaron las veces que les decían que no podrían lograr sus objetivos y que, sin embargo, los alcanzaron. “Hacemos posible lo imposible”, dice su rap electoral y Colau aseguró ayer que “no lo dicen por decir”.
Fue con ese marco de referencia con el que Jéssica Albiach reivindicó el “triple” valor de su papeleta el 14-F: contra el “desgobierno y el desbarajuste” de Junts y Esquerra Republicana, como “garantía” de que habrá un ejecutivo catalán “progresista y de izquierdas” a pesar de los vetos que hoy lo hacen imposible, y como freno a Vox.
En esa última cuestión hizo ayer la candidata de los comunes especial hincapié cuando explicó que la abstención de los progresistas desmotivados es un terreno fértil y abonado para la extrema derecha. “Los de Vox irán a votar, están hipermovilizados, no fallarán”, afirmó. “Por eso, ni un solo votante de izquierdas se puede quedar en casa”, reclamó a continuación Albiach, que también señaló que “la peor pesadilla de Santiago Abascal y su panda” es que haya un gobierno “progresista y de izquierdas”.
Pero el hecho de centrarse en Vox no provocó que se olvidara de la otra formación que los comunes sitúan en sus antípodas de forma recurrente, Junts, y Albiach lamentó que en sus listas haya personas “xenófobas y supremacistas” que no hacen gala de los “valores republicanos”, y que Laura Borràs haya dicho ya que, si de ella depende, Joan Canadell será conseller. “Catalunya no puede seguir gobernada por quien no tienen en cuenta a la mitad del país”, replicó, no sin reprochar a ERC otra vez su posible concurso en un ejecutivo con Borràs. “No somos colonos”, había clamado antes Colau.
Por otra parte, Albiach resaltó que el 14-F no va de cambiar el Govern, “sino del cambio para toda una década”, una consideración similar a la que Unidas Podemos trató de impregnar a las generales del 2019 cuando hablaban de “comicios constituyentes”. “Queremos abrir una nueva década dejando atrás el desgobierno de ERC y Junts, la precariedad, la parálisis, el aislamiento y las privatizaciones”, añadió. E insistió una vez más en que ellos son “los únicos” que “pueden hacerlo posible”.
“Los de Vox irán a votar, no fallarán; ni un solo voto de izquierdas se puede quedar en casa”, dijo la candidata