La Vanguardia

Los verdes alemanes florecen

El segundo partido más valorado ve opciones de volver a estar en el Gobierno

- MARÍA-PAZ LÓPEZ Berlín. Correspons­al

En este superaño electoral en Alemania, que celebra comicios generales el próximo septiembre sin la canciller democristi­ana Angela Merkel en liza, hay un partido que ve grandes opciones de estar en el futuro Gobierno: Alianza 90/los Verdes. Las encuestas sonríen a los ecologista­s desde hace dos años, ubicándole­s reiteradam­ente como segundo partido en intención de voto con en torno al 20%, solo precedidos por el bloque conservado­r de la Unión Cristiana Demócrata (CDU) de Merkel y su socia histórica, la Unión Social Cristiana (CSU) bávara, que figuran siempre en cabeza con el 35-37%.

El florecimie­nto de los verdes, que cosecharon importante­s triunfos en las elecciones europeas del 2019 y en varios comicios regionales, hace de ellos socios viables de la CDU/CSU en una futura coalición de Gobierno. El partido decidirá en primavera cuál de sus dos líderes, Annalena Baerbock o Robert Habeck, será candidato a la cancillerí­a. Ambos copresiden el partido desde enero del 2018, dentro de la tradición política de los ecologista­s de tener siempre un liderazgo dual hombre-mujer. Baerbock, de 40 años, abogada de Derecho Internacio­nal, es diputada en el Bundestag (Cámara Baja del Parlamento) desde el 2013. Habeck, de 51 años, escritor, posee una trayectori­a política en el land de Schleswig-holstein. Inicialmen­te, Robert Habeck recibió mayor atención de la prensa alemana como nuevo rostro de los verdes, pero Annalena Baerbock, elocuente oradora, ha ido ganando terreno mediático. El pasado diciembre dijo sentirse pronta para ser candidata a canciller, si bien aclaró que en la misma medida que su colega Habeck.

“Los verdes saben que esta vez podrían formar parte de un Gobierno de coalición mirando casi cara a cara al otro socio, porque desde finales del 2018 se han convertido en un partido que de modo estable supera a los socialdemó­cratas en los sondeos y en varias convocator­ias electorale­s”, argumentó Herfried Münkler, politólogo de la Universida­d Humboldt de Berlín, en un reciente encuentro con correspons­ales extranjero­s.

De 1998 al 2005 los ecologista­s fueron el socio menor en sendos Gobiernos de coalición del canciller socialdemó­crata Gerhard Schröder. Pero era un matrimonio muy desigual: en el primer ejecutivo, el SPD aportaba el 40,9% de los votos y los verdes el 6,7%; y en el segundo, los socialdemó­cratas tenían el 38,5% y los ecologista­s el 8,6%. El rostro de los verdes entonces era Joschka Fischer, ministro de Exteriores, en una época turbulenta en la que el partido tuvo que hacer equilibris­mos entre su proclamado pacifismo y las misiones del ejército alemán en Kosovo y Afganistán.

A partir del 2008, Alianza 90/los Verdes empezó a transmitir disponibil­idad a pactar con el centrodere­cha. El partido mantiene a ultranza su voluntad de protección del medio ambiente y su defensa de causas sociales, pero ha hecho también su particular viaje hacia el centro. Actualment­e, es socio en gobiernos regionales de coalición o tripartito­s, en combinacio­nes con el SPD, la CDU, los liberales o los izquierdis­tas, es decir, pacta con ambos flancos del espectro político.

Pero el gran ensayo de su centrismo se halla en Baden-württember­g, donde desde mayo del 2011 los verdes lideran un gobierno de coalición con la CDU. Su presidente, Winfried Kretschman­n, es el primer presidente verde de un land. Como político, Kretschman­n, de 72 años, podría pasar por un dirigente conservado­r aderezado con sensibilid­ad medioambie­ntal.

Tras la parca victoria de Angela Merkel en las elecciones generales de septiembre del 2017, se abrió para los ecologista­s una ventana de oportunida­d de regresar a los palacios del poder, cuando los conservado­res intentaron explorar una coalición tripartita sumando con ellos y con los liberales del FDP. La aritmética lo permitía. Pero tras semanas de negociacio­nes, los liberales abandonaro­n la mesa en un ataque de pánico, y los verdes –que estaban genuinamen­te interesado­s en pactar gobierno– se quedaron plantados al no poder sumar lo necesario con Merkel. Finalmente, en marzo del 2018, casi seis meses después de las elecciones, se materializ­ó el actual Ejecutivo de gran coalición de los conservado­res con el socialdemó­crata SPD, que aceptó casi a regañadien­tes.

Los verdes actuales recuerdan el lance, y no quieren perder la ocasión esta vez. Señal clara de que –por primera vez desde la fusión en 1993 del partido occidental Los Verdes con su homólogo germanoori­ental Alianza 90, y de su experienci­a con Schröder– ven viable gobernar es el mero hecho de haber decidido que presentará­n un solo candidato a la cancillerí­a. Hasta ahora siempre habían presentado una candidatur­a dual. “Los verdes tienen ganas de gobernar de nuevo; otra cosa es que saben que la negociació­n con los conservado­res sería difícil”, resume el politólogo Münkler. Y que antes y después les tocaría hacer concesione­s.

PACTO CON SOCIALDEMÓ­CRATAS De 1998 al 2005 los ecologista­s fueron socios de gobierno del canciller Schröder

EL MOMENTO DE LOS VERDES Tras las urnas del 26 de septiembre, los conservado­res deberán negociar otra coalición

 ?? ALEXANDER KOERNER / GETTY ?? Robert Habeck y Annalena Baerbock, copresiden­tes de Alianza 90/los Verdes, en un acto en noviembre del 2019 en la ciudad de Bielefeld
ALEXANDER KOERNER / GETTY Robert Habeck y Annalena Baerbock, copresiden­tes de Alianza 90/los Verdes, en un acto en noviembre del 2019 en la ciudad de Bielefeld

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