Illa asegura que el 14-F “ni habrá tripartito, ni ‘procés’”
El PSC llama a “no desaprovechar” las ayudas europeas
Hay vida más allá cinturón rojo para el PSC. Los socialistas catalanes acudieron ayer a Girona con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a la cabeza con el objetivo de afianzar un buen resultado en esa circunscripción dentro de una semana. El sábado hicieron lo propio en Tarragona, donde aspiran a ser la primera fuerza, y en Lleida.
En las comarcas gerundenses una victoria es imposible a tenor de los últimos resultados electorales, pero Salvador Illa espera mejorar los guarismos de hace tres años, como en Ponent. Entonces Ciudadanos sumó cuatro escaños por uno del PSC en el feudo de Carles Puigdemont. Una situación similar a la de Lleida aunque con otros números. De ahí el margen de mejora de los socialistas, que en las elecciones generales del 2019 avanzaron a los naranjas en todas las provincias.
Ese salto hacia adelante que persigue el candidato del PSC el 14-F, si se da, será gracias al voto de protesta y a un voto contestatario. Nadie lo dijo así ayer, pero Illa una vez más “apeló” a todo a aquel que quiere “un cambio” –“un punto de inflexión”, dijo Sánchez–, a los que “creen que no podemos seguir así” y “a los que quieren estabilidad, solidez y confianza frente a experimentos que llevan a un callejón sin salida”.
Además, aseguró que si él gana el 14-F “ni habrá tripartito, ni procés”, “ni independencia, ni decadencia”, sino un ejecutivo “progresista”. “El PSC es la respuesta que Catalunya necesita”, afirmó el hasta hace unos días ministro de Sanidad, que se erigió en garantía de que “no se desaprovecharán” los fondos europeos y las ayudas por la covid y de que “no se pierde el tiempo en guerras de banderas”.
“Votad sin etiquetas, con cabeza y con corazón”, pidió Illa, que también
Pedro Sánchez se compromete “a trabajar día y noche” para defender el proyecto de los socialistas catalanes
resaltó la “urgencia” de que su formación tome las riendas de Catalunya. “Los votos del cambio que no vayan al PSC serán votos perdido que caerán en saco rato, por eso
apelo a concentrar el voto del cambio”, aseveró el candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat, que invitó al electorado a no tener en cuenta lo que se había votado en el pasado.
Así las cosas, como había hecho antes la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, Illa aludió a la “Catalunya real”, una expresión acuñada por Cs hace años. Si bien, en este caso se habló de “problemas y de soluciones reales”. La dirigente del partido, por su parte, definió el procés como “una pérdida de energías y capacidades detrás de una quimera”.
Sánchez ha decidido acompañar un día más de lo que estaba previsto al que hasta hace unos días fue su ministro de Sanidad y estará con él el miércoles en Barcelona, en su sexta jornada en esta campaña electoral atípica. Ayer se comprometió “a trabajar día y noche” para defender el proyecto del PSC y para que Catalunya “vuelva a ser la tierra que todos admiran”. También se pronunció sobre el debate que mantiene el independentismo de qué hacer tras los comicios al Parlament en función de los resultados. “Ni ellos mismos se creen que van a declarar la independencia”, exclamó. “Luego están la derecha y la ultraderecha, que se creen que van a salvar España. Ellos tampoco se lo creen”, añadió.
El jefe del Ejecutivo central lamentó que Illa reciba ataques de esos dos espectros políticos y aseguró que “lo que está en juego es si Catalunya sigue en el declive y en el pantano o si escribe una nueva página de su historia con la recuperación económica”, y se refirió al independentismo “como la opción menos catalanista”, después de que hayan atacado por ese flanco al también secretario de organización de los socialistas catalanes. “Con Illa se recuperarán los afectos entre Catalunya y España”, aseveró.
El mitin lo abrió la candidata por Girona, Sílvia Paneque, que propuso dejar atrás “un activismo fulero” para dar paso “a un institucionalismo serio”. El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, en su turno de palabra, recetó “3 en 1” para un Govern de Junts y Esquerra Republicana “oxidado”. La fórmula que recomendó el ahora ministro de Política Territorial y Función Pública, encarnada en Illa, fue “parar la decadencia, acabar con la incompetencia y gobernar para todos”.