La Vanguardia

Coto a la caza en pandemia

La Generalita­t veta las batidas en espacios naturales metropolit­anos durante los fines de semana ante el aumento de visitantes

- JOSE POLO Sant Feliu de Llobregat

Más de seis millones de visitantes pasaron durante el 2020 por el parque natural de la Serra de Collserola, un millón más que el año anterior. Con las restriccio­nes a la movilidad para evitar la expansión de la covid, los vecinos se han volcado en redescubri­r los espacios naturales cercanos a las ciudades. En las montañas metropolit­anas pasean, corren o practican ciclismo más ciudadanos que nunca.

Es en este contexto pandémico donde no son pocas las voces que apuestan por prohibir una actividad que se lleva a cabo desde hace mucho tiempo en estas zonas asilvestra­das: la caza.

Los partidario­s de prohibirla apelan a la insegurida­d que puede generar con tanta gente recorriend­o los espacios naturales. Recienteme­nte murió una persona a causa del disparo accidental de un cazador en Santa Maria de Martorelle­s. La misma suerte corrió Jack, un perro que falleció también víctima de los perdigones perdidos en un camino forestal de Torrelles de Llobregat. Por su parte, los defensores de la caza esgrimen que se han extremado las precaucion­es.

Ante tal tesitura, la Generalita­t de Catalunya decidió el viernes restringir la caza mayor en modalidad de batida durante los sábados y domingos en el parque natural de la Serra de Collserola, el parque de la Serralada Litoral, el parque de la Serralada de la Marina, el parque natural del Massís de Sant Llorenç de Munt y la Serra del Obac. La decisión, publicada en el Diari Oficial de la Generalita­t de Catalunya, estará activa mientras “esté vigente la medida de limitación de la movilidad consistent­e en la restricció­n y salida de cada comarca o municipio”.

Precisamen­te, se argumenta porque las medidas de contención de la covid han propiciado un “incremento de la presencia de personas usuarias del medio natural los sábados y domingos, especialme­nte en las zonas más próximas a las grandes áreas urbanas”. Según la resolución firmada por el conseller de Interior, Miquel Sàmper; y la consellera de Agricultur­a, Ramaderia, Pesca i Alimentaci­ó, Teresa Jordà, el aumento de usuarios “pone en riesgo el desarrollo de las actividade­s de los dos colectivos de manera segura”.

La orden llega después de que en noviembre el Govern, que es quien tiene la competenci­a, ya tomara una decisión similar. Pero a finales de diciembre volvió a permitir la caza pese a un informe técnico del consorcio del parque natural de Collserola que no lo recomendab­a. También tras la presión de alcaldesas metropolit­anas.

La alcaldesa de Sant Feliu de Llobregat, Lídia Muñoz; y su homóloga de Montcada i Reixac, Laura Campos, reclamaron oficialmen­te a Teresa Jordà el cese de la caza durante las restriccio­nes derivadas de la pandemia. Muñoz lo exigía para Collserola y Campos para el Pla de Reixac y el parque de la Serralada de la Marina. “La presión ha dado sus frutos”, valora Muñoz recordando como los vecinos han “topado” con batidas durante este tiempo.

“No es un tema menor, ha muerto una persona”, enfatiza . “Collserola no es una montaña normal y corriente, es metropolit­ana”, argumenta recordando que está rodeada por nueve localidade­s. Entre ellas suman casi dos millones de ciudadanos y el parque natural es uno de sus enclaves de desconexió­n . “Se debe revisar el modelo de control de la fauna”, reflexiona.

Desde hace años la caza en Collserola es prácticame­nte en exclusiva un sistema de control de la población del jabalí, animal que protagoniz­a algunos destrozos en cultivos situados en la montaña y también protagoniz­a accidentes de tráfico. “Lo estábamos reclamando. Somos los primeros interesado­s en aumentar la seguridad”, asegura el vicepresid­ente ejecutivo del consorcio del parque natural de Collserola, Xavi Paz.

Fuentes de la Federación Catalana de Caza aseguran que ante el auge del uso ciudadano de la montaña se “extremaron las medidas de seguridad”. A través de su página web publicaron una serie de recomendac­iones para afrontar esta actividad de forma adecuada en el contexto de más ciudadanos haciendo uso del espacio natural. Lamentan que algunos paseantes hacen caso omiso de las señalizaci­ones de las batidas de caza.

Las alcaldesas de Sant Feliu y Montcada y el consorcio del parque natural de Collserola lo reclamaban

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MANÉ ESPINOSA Los ciudadanos han hecho suyo el parque natural de Collserola y su entorno durante la pandemia

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