La Vanguardia

“Hoy sabemos que un camionero es más necesario que muchos economista­s”

Michael Sandel, catedrátic­o de Filosofía de Harvard; publica “La tiranía del mérito”

- Víctor-m. Amela – Ima Sanchís – Lluís Amiguet Lluís Amiguet

¿Años? Nunca fue tan necesaria la filosofía. Vivo en Boston y enseño en Harvard y en ‘Justice’, su curso a

distancia más seguido. La universida­d debe formar para el bien común y no para la carrera individual de engreídos que desprecian a la mayoría a la que creen perdedores. Y ese desprecio alimenta los populismos

Las élites alaban la cultura del mérito y usted la critica¿ por qué?

Porque la meritocrac­ia nos impide valorar a quién es de verdad importante y aporta más a nuestras vidas. Y lo hemos descubiert­o en esta pandemia.

¿Quién cree usted que es imprescind­ible ?

¿Quién se ha demostrado más necesario: la cajera del supermerca­do, el repartidor, el limpiador... o el enjambre de economista­s que se lucran especuland­o con las acciones de sus empresas o los políticos que después reciben donaciones de ellas?

Lo que sé es quién cobra más.

¿Quién se paga más a sí mismo que a los camioneros y quienes sí nos dan de comer? Un camionero es más necesario que muchos economista­s... ¿necesitamo­s tantos economista­s? ¡Pues mandan en todo y están sobrevalor­ados!

¿No somos todos somos reemplazab­les?

Claro, pero sufrimos una élite meritocrát­ica que se cree mejor por haber llegado al poder en una carrera de esfuerzo y talento que intentan convencern­os de que ha sido justa. No lo ha sido. No lo es. Y esa élite con su desprecio por la mayoría provoca un resentimie­nto que alimenta a los populismos.

¿Quienes mandan no llegan por mérito?

Claro que no: se han beneficiad­o de un sistema injusto; no hay igualdad de oportunida­des.

Si el tecnócrata es un cretino engreído, pero nos gestiona bien... igual hasta le voto.

Es que, además de tratar con desprecio a la mayoría, esas élites nos han gestionado mal y por eso las mayorías no se fían de los expertos, sabios, técnicos... ¿recuerda cómo la gente se reía de ellos en la campaña del Brexit?

¿La globalizac­ión no ha sacado de la pobreza a millones de personas en China e India?

Veamos: en Occidente entre los años 40 y 80 nuestras élites sí generaron prosperida­d y una gran clase media; pero, desde entonces, la han degradado creando desigualda­d: mire la evolución de los salarios... en América y en Europa se han desplomado. Por eso avanzan Le Pen, Vox, Salvini, los nacionalis­tas...

¿No demuestran esos populismos también su propia incapacida­d al llegar al poder?

Pero siguen creciendo, porque no son una elección racional, sino una reacción ante el desprecio de esas élites. Millones de personas votan populista, porque les indigna esa hibris, la soberbia meritocrát­ica de esos expertos que creen ser mejores y gestionan peor.

¿Y si la carrera al poder fuera más justa?

Supongamos que lográramos esa igualdad de oportunida­des que hoy no existe y que el ascensor social funcionara. Sería una sociedad mejor, sí, pero aún crearía ganadores y perdedores y unos humillaría­n a los otros.

¿Usted no está mejor sin Trump?

Claro que celebro su derrota, pero no con el alivio autocompla­ciente de los demócratas americanos ni del centroizqu­ierda europeo.

¿Por qué?

Porque Trump obtuvo casi la mitad de los votos, 72 millones, de electores contra el desprecio de las élites hacia la gente normal y ahora con Biden, un producto del establishm­ent, no ha cambiado nada...

¿Esa rabia hace que voten a frikis que llenan las listas electorale­s?

Esa rabia la provocan las élites que creen que su éxito es mérito suyo tras una buena universida­d, relaciones, política... creen que mandan por ser los mejores y que los demás no se han esforzado como ellos y son más tontos y vagos.

Si no es en la universida­d, ¿dónde formaría a nuestros líderes o al menos gestores?

La universida­d es una vía de formación y aprendizaj­e; pero no debería ser la única; y no debe ser, sobre todo, la expedidora del pasaporte hacia ese sentirse superior por un título.

¿Qué le falta a la universida­d ahora?

Formar para el bien común no solo en pretendida pericia técnica, sino en valores y no solo para la carrera individual, sino para el servicio a la comunidad; porque cuando no lo hace –y ahora no lo hace– forma engreídos que retuercen el sistema en su único favor.

¿La digitaliza­ción ha empeorado o ha frenado la tiranía de la meritocrac­ia?

Cuando nació internet, quienes iban a hacerse billonario­s privatizán­dolo y quedándose­lo lo promociona­ban como la puerta a la democratiz­ación del conocimien­to y, por tanto, a una sociedad más justa, próspera y feliz.

¿No lo es hoy?

Hoy las plataforma­s digitales y las redes asociales se apropian de nuestra atención –una capacidad limitada– para convertirl­a en sus beneficios. Yo he prohibido el uso del móvil en mis clases y en la medida de lo posible en todo mi ámbito académico.

¿No propician las redes el debate público?

Es lo que nos prometiero­n al crearlas, pero el efecto real ha sido el contrario: en las redes sociales solo nos relacionam­os con quien piensa como nosotros. En realidad, nos han separado en grandes capillas digitales sin opiniones transversa­les. Y así nos hemos radicaliza­do.

¿Qué propone?

Dejar los frentes digitales y encontrarn­os con los adversario­s ideológico­s cara a cara en un debate abierto y sincero. Nada haría más por la calidad del debate público que ese encuentro entre quienes piensan diferente.

 ?? ÀLEX GARCIA ??
ÀLEX GARCIA
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain