Catalunya quiere inmunizar a 150.000 docentes antes de junio
Los departamentos de Salut y Educació prevén vacunar a todo el personal laboral de las escuelas, más de 150.000 personas, en los próximos cuatro meses de manera que el próximo curso escolar se inicie con todos los trabajadores ya inmunizados, anunciaron ayer los responsables de ambas conselleries. Esto incluye a los profesores, personal administrativo y otros empleados, de escuelas e institutos, tanto del sector público como privado.
La estrategia de vacunación no está aún definida, puesto que está sujeta a variables cambiantes, como la disposición de las vacunas y los recursos existentes. Se seguirá el criterio epidemiológico de vacunar a todos los empleados de un mismo centro a la vez. Sin embargo, este objetivo podría verse condicionado porque la vacuna de Astrazeneca, que es la que se impartirá, no se inyectará a los mayores de 55 años, tal como ha decidido el gobierno español ante las dudas de su eficacia en este grupo de edad poco presente en los ensayos clínicos.
Este criterio podría cambiar a la luz de nuevos informes, según estimó el secretario de Salut Pública, Josep Maria Argimon, que aseguró que si no cambia, el colectivo de mayor edad recibiría dosis de Pfizer o Moderna. “No quedará excluido nadie”, afirmó el conseller Josep Bargalló, mientras que Alba Vergés confirmó que gran parte de la estrategia de vacunación dependerá de la disponibilidad de las vacunas. “Decir ahora dónde, cuándo y cómo es muy complicado porque si mañana llega medio millón de vacunas cambia todo el plan”, reiteró Argimon.
La vacunación empezará esta semana, testimonialmente, con los profesores que prestan sus servicios en las prisiones de Catalunya, y continuará en las próximas semanas. El profesorado universitario entrará en otra fase.
Respecto a las mascarillas en centros, después de que Francia exija las quirúrgicas, Argimon indicó que los informes de los expertos indican que las homologadas, de tela, son válidas y que han valorado el riesgo que implicaría un incumplimiento motivado por el coste de la quirúrgica, cuya duración máxima es de un día. No obstante, se mostró cauteloso y afirmó que si hay que cambiar de criterio “se cambiará”.
Respecto a la vuelta a la presencialidad completa en las aulas de los estudiantes más mayores, que están en bachillerato y formación profesional, Bargalló indicó que no se dan las condiciones óptimas para que regresen pues a pesar de que los centros no amplifican los contagios, existe aún la recomendación de reducir la movilidad. “No es la mejor manera de dar clases, pero es ‘la’ manera”, apostilló Bargalló, y mostró satisfacción porque la apuesta por mantener los centros abiertos ha sido, pese a las reticencias, un acierto dado el nivel bajo de contagios. El 75% de los positivos detectados no contagió a ningún otro niño de su clase durante el primer trimestre de curso, cifra que mejoró hasta el 79% en el segundo. El responsable de Educació explicó que la ventilación, medida introducida en diciembre, explica esta variación. Además, valoró el hecho de que los alumnos se han vuelto “agentes de salud” que han introducido la cultura de la prevención en sus casas.
Desde septiembre se han practicado más de un millón de pruebas PCR o test de antígenos y el cribado masivo a los profesores realizado tras las vacaciones con automuestras, unas 112.377 pruebas, ha dado una positividad del 1,59%.
Los expertos dan por válidas las mascarillas de tela y desestiman las quirúrgicas por riesgo a que no se cumpla