La pandemia remite
La pandemia remite en todas las partes del mundo antes de la vacunación masiva. ¿Es el principio del final? Puede parecer pronto para lanzar las campanas al vuelo, pero los datos son contundentes. Los nuevos contagios se sitúan en 309.000, tres veces menos que hace un mes. En Estados Unidos bajan de 90.000, cuando llegó a superar el cuarto de millón. En Asia por primera vez ningún país supera los 9.000 nuevos infectados. África apenas contabiliza 12.000 nuevos casos diarios. Europa tiene controlada la tercera ola con una clara mejoría de todos los países, incluida Rusia y Turquía. En España todas las comunidades autónomas mejoran, aunque más lentamente. Si esta tendencia se confirmase en las próximas semanas su impacto económico y social será muy fuerte, dando al traste con todas las previsiones de los organismos oficiales. Los mercados se mantienen expectantes ante el fin de la pandemia y la cuarta ola.
¿A qué se debe esta mejoría repentina? Nadie lo sabe. La vacunación está en sus inicios y los contagios no son tan numerosos en el ámbito mundial para que se haya producido una inmunidad de manada. De alguna manera recuerda a la mal llamada gripe española, que nadie sabe por qué llegó en febrero de 1918 ni por qué desapareció en abril de 1920.
Lo que sí sabemos es que causó más de 40 millones de muertos frente a los 2,3 millones que ha causado la covid; se estima que hace un siglo se contagió un tercio de la humanidad, en esta ocasión la OMS reduce esta cifra al entorno del 10%. Es decir, ha tenido un impacto mucho menos dramático gracias al avance de la medicina y de la ciencia. Esto podría avalar la tesis de que esta pandemia durase la mitad de la anterior.
Además, no hay que olvidar que la vacunación masiva será una realidad en un par
Cuanto antes se sacuda España el pesimismo y se ponga a trabajar en el futuro, mejor
de meses. Estados Unidos nos está dando la pauta inyectando dos millones de vacunas diarias. Un proceso que no se limitará a Occidente, porque Rusia y China se han volcado, por razones geoestratégicas, a vacunar al Tercer Mundo.
Seguro que surgirán problemas y contratiempos, pero el viento de la historia sopla a favor de terminar con esta pesadilla más pronto que tarde. Esto redirige el foco mundial hacia la economía, la reconstrucción y la resiliencia. Es decir, hacia la capacidad de los pueblos para superar el trauma.
En este nuevo escenario, cuanto antes se sacuda España el pesimismo y se ponga a trabajar en el futuro, mejor. Después de las elecciones catalanas tenemos una ventana de oportunidad de dos años sin comicios. Sería el momento de fortalecer la cooperación interna y externa, empezando por una mayor cohesión dentro del Gobierno. Siguiendo con el Parlamento, para que no se vuelva a repetir el espectáculo del pleno sobre los fondos europeos, lo que exige mejores relaciones entre PSOE y PP, y, sobre todo, hay que entenderse con las autonomías, especialmente con Catalunya.
No hay tiempo que perder para enfocar el tiro y fijar prioridades para el día después. Es el tiempo de la economía. Está en juego nuestro futuro y el de nuestros hijos.