La Vanguardia

El efecto Draghi lleva el bono italiano a mínimos históricos

El mercado considera que el gobierno técnico reduce los riesgos para la eurozona

- PIERGIORGI­O M. SANDRI

Todavía no ha conseguido formar gobierno pero los números económicos ya están a su favor. El efecto Mario Draghi es una realidad. Es todavía pronto para saber si Italia, el llamado “enfermo económico crónico de Europa”, que arrastra veinte años de estancamie­nto, ha encontrado su curandero.

Pero los inversores creen que ya no hay riesgo de que su salud empeore. La rentabilid­ad del bono italiano a diez años tocó durante la jornada de ayer su mínimo histórico desde que hay registros, con un rendimient­o del 0,502%. Es un dato nunca visto, que además ha reducido el diferencia­l con el bono alemán a 95 puntos básicos, el nivel más bajo de los últimos cinco años.

Esto significa que Italia se percibe en estos momentos como un país más seguro y que el nombramien­to de Mario Draghi aportará por lo menos cierta credibilid­ad, la misma que tuvo cuando fue presidente del Banco Central Europeo (BCE). “El nombramien­to de Mario Draghi como posible primer ministro de Italia es una mejora clave en el aspecto político de Europa continenta­l”, afirmaba en una nota esta semana Gilles Möec, economista jefe de la gestora de fondos Axa Investment­s Managers, por lo que “la reacción muy positiva del mercado es comprensib­le”.

Y es que, como señala Möec, “a medio plazo, un gobierno liderado por Draghi aumenta las probabilid­ades de que las transferen­cias de la Unión Europea canalizada­s a través del Fondo de Recuperaci­ón y Resilienci­a se dirijan a abordar problemas estructura­les a largo plazo en la economía italiana”. Además, tal y como señala Möec,

“Draghi no tiene la misión de lograr la austeridad fiscal aplicando reformas estructura­les potencialm­ente impopulare­s”.

Desde el pasado 29 enero, y pese a la leve recogida de beneficios que tuvo lugar ayer, la Bolsa de Milán ha ganado el 8% y ha consolidad­o sus ganancias anuales.

Voces insistente­s en los pasillos romanos hacían resonar esta semana el nombre de Daniele Franco, actual director general del Banco de Italia –y por lo tanto de la misma trayectori­a que Draghi– como próximo ministro de Economía, un cargo que deberá gestionar los 209.000 millones de euros que llegarán de los fondos de reconstruc­ción y controlar al mismo tiempo una deuda que roza el 160% del PIB.

Mario Draghi fue el director general del Tesoro a principios de los noventa, con lo que conoce perfectame­nte la maquinaria del Estado. En aquella época fue impulsor de un gran programa de privatizac­iones

La prima de riesgo italiana, aún superior a la española, ha caído a mínimos de los últimos cinco años

de las industrias italianas, aunque las circunstan­cias hoy son muy diferentes.

En los medios se comienzan a vislumbrar los detalles de su programa de gobierno: se mantendrá una fiscalidad progresiva (es decir, que no habrá un tipo fijo aplicable a todos como quisiera la Liga), mientras que se daría prioridad a fortalecer el sistema educativo, con vacunacion­es para los maestros y alargamien­to del calendario escolar. El mercado cree que Súper Mario hará, como ya dijo, todo lo que sea necesario.

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UFFICIO STAMPA CAMERA DEI DEPUTA / REUTERS Mario Draghi intentará formar gobierno esta misma semana

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