Von der Leyen reconoce errores
La presidenta afirma que la UE ha evitado el sálvese quien pueda en vacunas
Ursula von der Leyen tuvo que justificarse de nuevo. Ayer, la presidenta de la Comisión, ante el Parlamento Europeo, reconoció errores en la estrategia de compra de vacunas para la covid que ha dirigido, pero advirtiendo que, sin esta operación, la Unión Europea hubiera acabado destrozada por las divisiones entre los grandes países que habrían conseguido acceso a las vacunas y los pequeños países, que habrían quedado al margen. Von der Leyen aceptó fallos, pero subrayó que se han conseguido dos objetivos: la compra conjunta de los Veintisiete, que ha evitado el sálvese quien pueda, y realizarlo sin atajos en materia de seguridad y eficacia.
Tres son las disfunciones que acepta Von der Leyen: las autorizaciones de la Agencia Europea del Medicamento han tardado, se sobreestimó la capacidad de producción de las farmacéuticas y algunas empresas no han cumplido. “Hemos sido demasiado optimistas con la capacidad de producción y quizá estábamos demasiado seguros de que lo que habíamos encargado y pagado se nos iba a entregar a tiempo”, dijo la presidenta de la Comisión en sus explicaciones ante el Parlamento Europeo. “Globalmente hemos subestimado las dificultades que conlleva la producción en masa”, añadió Von der Leyen, un reconocimiento que ya había avanzado en una entrevista a La Vanguardia el viernes pasado.
El punto débil de su estrategia de vacunación es la lentitud del arranque. Europa va muy por detrás del Reino Unido y Estados Unidos en porcentaje de población vacunada. El retraso inicial se acentuó con el anuncio de Astrazeneca de que entregaría solo 40 millones de dosis en el primer trimestre, menos de la mitad de lo comprometido. A este incumplimiento, Von der Leyen sumó el error de activar la cláusula de salvaguarda del protocolo de Irlanda,cuando quiso controlar la exportación de vacunas de la UE. La iniciativa, aunque corregida, provocó las iras de Dublín y Londres. “Lo lamento profundamente”, dijo ayer a los parlamentarios.
Los principales grupos políticos no fueron demasiado críticos con Von der Leyen. El popular Manfred Weber indicó que la UE ha cometido errores, pero que la mayoría de decisiones, y especialmente las decisiones clave, habían sido las correctas, mientras que la socialista Iratxe García manifestó que hay de dejar “los mensajes catastrofistas” y ver la realidad como es, con espíritu constructivo y lealtad institucional.
Von der Leyen cuida mucho al Parlamento Europeo, y rinde visita regular a los presidentes de los grupos parlamentarios, tanto a los tres que le votaron la investidura, populares, socialistas y liberales, como de los verdes. Y en momentos críticos, como ahora, cuando está colocada en el ojo del huracán, esta buena relación da sus frutos. Se vio en el tono suave con que lo trataron estos grupos. También ayudó que la pasada semana hiciese una ronda de intervenciones por los grupos parlamentarios, a puerta cerrada, para exponer su estrategia, argumentar decisiones y justificar fallos.
En lo que coincidieron la mayoría de diputados es en reclamar accesos a los contratos firmados con las farmacéuticas. “Hay que recuperar el control frente a los laboratorios”, dijo la diputada de la Izquierda Unitaria Manon Aubry.
Precisamente, el martes se publicó el tercero de estos contratos, el firmado con Sanofi y GSK, pero, con las partes confidenciales censuradas, y esto incluye precios, plazos de entregas y responsabilidades. Es el mismo procedimiento que se utilizó cuando se hicieron públicos los acuerdos con Curevac y Astrazeneca. Las partes que las empresas consideran sensibles siguen sin conocerse. “Haremos todo lo posible para asegurar que ustedes puedan examinar todos los contratos que hemos firmado. Porque sé que la confianza necesita transparencia”, dijo Von der Leyen a los diputados.
El punto central de la defensa de Von der Leyen es que se ha conseguido una compra conjunta de vacunas. Que no se repitió el error de la pasada primavera cuando algunos Estados miembros se bloqueaban el acceso a mascarillas y equipo médico. “No quiero ni imaginar que hubiera supuesto si algunos grandes Estados miembros se hubieran asegurado la vacuna mientras el resto quedaba con las manos vacía. ¿Qué hubiera supuesto para el mercado único y para la unidad europea? No hubiera tenido ningún sentido económico. Y podría haber significado el final de nuestra comunidad”, dijo la presidenta.
En este principio hay consenso. Donde saltan voces discordantes es en la velocidad con que se están consiguiendo estas dosis. “Hoy no estamos donde queríamos en el
ERRORES EN LA COMPRA Autorizaciones que tardan, menos capacidad de producir e incumplimientos
LA PARTE POSITIVA El ir cada uno por su lado “podría haber significado el final de nuestra comunidad”
combate contra el virus”, acepta Von der Leyen.
Una de las causas del retraso han sido los plazos con que se mueve la Agencia Europea del Medicamento (EMA) para autorizar las vacunas. Hasta el momento ha dado luz verde a tres, Pfizer, Moderna y Astrazeneca, pero es un proceso que lleva entre tres o cuatro semanas. Para Von der Leyen es un procedimiento válido, porque hay que garantizar la seguridad, pero intentará que se agilice mejorando la forma en que los ensayos clínicos son compartidos con la agencia europea.
Mientras, la geopolítica de las vacunas también asoma por el horizonte. Ayer la agencia europea tuvo que publicar un comunicado para desmentir que hubiera recibido la petición para autorizar la vacuna rusa, la Sputnik V. Hay solo contactos previos con los fabricantes, en los que la EMA facilita asesoramiento científico, pero no se ha dado ningún paso más. Es una vacuna que, por el momento, ni tiene la autorización para distribuirse en la UE, para ello necesita esta luz verde de la EMA, ni forma parte de la estrategia de vacunación de la Comisión Europea, que se basa en contratos ya firmados con seis farmacéuticas y conversaciones en marcha con otras dos.
La Agencia Europea del Medicamento sí reconoce que el fabricante de Sputnik V ha expresado interés para que se considere la vacuna para una evaluación continua, un procedimiento que permite evaluar la eficacia y la seguridad del producto en un tiempo mucho más acelerado, con los expertos de la agencia examinando los resultados de los ensayos clínicos antes incluso que se introduzca la petición oficial de aprobación. Es el método que se ha activado para acelerar la aprobación de las vacunas contra la covid, a pesar de lo cual, es un método mucho más lento que las autorizaciones de emergencia por las que se han decantado los reguladores británico y norteamericano.
El diagnóstico de que esta vacuna parecía “segura y eficaz” formulado por la revista científica The Lancet el 2 de febrero dio alas al prestigio de la Sputnik V, y esto es algo que el régimen ruso puede utilizar en su ofensiva para ganar prestigio e influencia internacional. El mismo alto representante de la Unión Europea, Josep Borrell, en su polémica visita a Moscú del viernes, en medio de tanta controversia, encontró un momento para felicitar a las autoridades rusas por la vacuna y sugerir que gestionaran su aprobación por la Agencia Europea del Medicamento.
En este terreno, Hungría es el país de la Unión Europea que se ha desmarcado de la línea general y, sin esperar a la luz verde de la EMA, ha dado su autorización de emergencia a la vacuna rusa y ha comprado ya 600.000 dosis. Se convertirá probablemente en el primer país europeo en utilizar la vacuna rusa. También en esto Hungría marca diferencias con el resto de la UE, argumentando la lentitud en la recepción de las dosis de Pfizer, Moderna y Astrazeneca.
La Agencia Europea del Medicamento desmiente que haya recibido la petición de autorizar la vacuna rusa