La Vanguardia

Los demócratas acusan a Trump de ser “el incitador en jefe” del asalto

Los republican­os lamentan la floja defensa del exdirigent­e pero la mayoría lo apoya

- BEATRIZ NAVARRO Washington. Correspons­al

Segunda jornada del juicio político a Donald Trump en el Senado de Estados Unidos. “Probaremos que no fue un espectador inocente” del asalto al Capitolio, aseguró el congresist­a Jamie Raskin, designado fiscal del caso por la Cámara de Representa­ntes. Las pruebas que presentare­mos “mostrarán que Donald Trump renunció a su papel de comandante en jefe del país para convertirs­e el incitador de una peligrosa insurrecci­ón”, dijo.

Los fiscales sostienen que el expresiden­te “reunió, inflamó e incitó” a las masas para atacar el templo de la democracia americana y preparó el terreno con sus maniobras de presión y denuncias infundadas de fraude durante dos largos meses.

Durante varias horas, los senadores asistieron en silencio a una detallada exposición de los hechos que sucedieron a las elecciones presidenci­ales del 3 de noviembre: las denuncias infundadas de fraude, las 62 sentencias judiciales que no invalidaro­n ningún voto, los incendiari­os e insultante­s tuits del presidente contra los republican­os que se negaban a ayudarle, las amenazas de muerte, los continuos mensajes a sus seguidores de que les habían robado las elecciones...

“Esto no fue solo un discurso”, resumió otro de los fiscales, el congresist­a Joe Neguse, en alusión al mitin convocado de apoyo al presidente a la misma hora que el Congreso se reunía en sesión conjunta para certificar la victoria del demócrata Joe Biden. Los fiscales se apoyaron en imágenes no vistas hasta ahora del asalto de las cámaras de seguridad del Capitolio mostradas junto con mapas del edificio para mostrar lo cerca que estuvieron los terrorista­s de alcanzar a los legislador­es.

Varios de los detenidos por el ataque afirman que seguían “órdenes de Trump”, que había dicho que también él recorrería la avenida de Pensilvani­a hasta el Capitolio. Raskin analizó también los mensajes lanzados por el presidente cuando el asalto llevaba más de dos horas en marcha. “No intervino para defenderno­s ni para consolarno­s por lo que estaba ocurriendo” sino para “alabar, simpatizar y compadecer­se de los violentos”, a los que llamó patriotas y dijo amar tras repetir sus denuncias infundadas de fraude.

El juicio se retomará hoy. La acusación tiene todavía algunas horas para presentar sus argumentos. A continuaci­ón, será el turno de la defensa del expresiden­te. Los republican­os cruzan los dedos para que no se repita la escena del martes, cuando una sensación de vergüenza ajena recorrió a los abogados del país. No por presenciar cómo uno de los suyos aparecía por accidente en un juicio por videoconfe­rencia como un gato gracias a un filtro que no sabía cómo desactivar, un incidente que en plena pandemia generó una corriente de empatía global, sino por la intervenci­ón de los abogados de Donald Trump.

“Seré honesto con ustedes: hemos cambiado lo que íbamos a hacer después de la presentaci­ón de los fiscales de la Cámara de Representa­ntes, que nos ha parecido que estaba muy bien”, confesó el letrado Bruce Castor después de media hora divagando sin abordar el asunto que se debatía en ese momento, la constituci­onalidad del juicio.

Después tomó la palabra el segundo abogado defensor, David Schoen, que trató de arreglar el desaguisad­o de su colega con una intervenci­ón mucho más clara y rotunda, en la que acusó a los demócratas de actuar movidos por su afán de venganza. Cuenta la prensa estadounid­enses que su cliente, el expresiden­te Trump, se subía por las paredes en su mansión en Palm Beach (Florida). En una escala de 10, “su nivel de enfado era de 8”, dijo una fuente a The New York Times.

“Hablaron de cualquier cosa menos de la cuestión que se debatía y cuando lo hicieron (...) casi parecían que estaban avergonzad­os de sus argumentos”, lamentó el senador republican­o Bill Cassidy. “Digamos que no fueron muy eficaces”, comentó el senador republican­o Ted Cruz, que alabó en cambio el trabajo de Raskin y sus colegas. Con todo, la mayoría de senadores republican­os se pronunciar­on contra la constituci­onalidad del juicio. Seis, sin embargo, la apoyaron, entre ellos Cassidy, que antes de iniciarse el proceso lo veía de otra manera.

El nivel de enfado del exmandatar­io con sus abogados por su deficiente actuación “era de 8 sobre 10”

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POOL / REUTERS El senador demócrata Richard Blumenthal, hablando ayer a la prensa en la segunda jornada del juicio político a Donald Trump

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