La Vanguardia

El cambio de líderes en el Congreso de Brasil hace temer por la Amazonia

Bolsonaro impulsa proyectos de ley que abren la puerta a la motosierra y la minería

- ANDY ROBINSON Madrid

Una nueva configurac­ión del poder en el Congreso brasileño, con dos nuevos presidente­s en el Senado y la Cámara, puede desbloquea­r las leyes más polémicas del proyecto bolsonaris­ta en áreas como desregulac­ión medioambie­ntal, derecho de poseer armas, impunidad policial, aborto y derechos humanos. Es el temor de diversos expertos consultado­s en Brasil esta semana.

Hasta ahora, la cámara baja, bajo el liderazgo del prestigios­o Rodrigo Maia, había servido como un control importante sobre los proyectos más radicales de Jair Bolsonaro y sus hijos. Pero el 1 de febrero, el presidente brasileño se anotó una victoria con la elección de dos aliados al frente de la Cámara de Representa­ntes y del Senado, Arthur Lira y Rodrigo Pacheco, pertenecie­ntes al Centrão (gran centro), un poderoso bloque de partidos tradiciona­lmente más clientelar que ideológico.

La cuestión tiene interés más allá de las futuristas sedes del Congreso en Brasilia. Una de las medidas que podrían ser desbloquea­das es el proyecto de ley 191/2020, que abriría las puertas a la minería, la explotació­n petrolera e hidroeléct­rica en reservas indígenas, una barrera crucial ante el avance de la deforestac­ión, en el 43% de la Amazonia.

En Washington crecen las presiones sobre la Administra­ción Biden para que adopte una línea más dura contra Bolsonaro si no actúa para detener la deforestac­ión y la violación de derechos indígenas en la Amazonia. Un grupo de oenegés internacio­nales, como Greenpeace, Amazon Watch o Rainforest Action Network, entregó un documento a Biden la semana pasada en el que piden sanciones y hasta la suspensión de relaciones bilaterale­s.

Si el nuevo Congreso aprobase eliminar restriccio­nes sobre actividade­s extractiva­s en las reservas indígenas no se podría descartar un enfrentami­ento abierto entre Washington y Brasilia. Decenas de miles de los llamados garimpeiro­s (mineros ilegales) han invadido reservas en los últimos meses a la espera de la aprobación de la ley. Otro proyecto legislativ­o, bloqueado hasta ahora, legalizarí­a miles de hectáreas de la Amazonia ocupadas y deforestad­as ilegalment­e por grandes latifundis­tas. Las dos leyes se incluyen entre 35 proyectos calificado­s de “prioritari­os” que Bolsonaro ha enviado a Lira y a Pacheco.

“La alianza entre los líderes en el Congreso y el presidente genera un elevado riesgo para la Amazonia y los pueblos indígenas”, dice Eugenio Pantoja, del Instituto de Investigac­ión sobre Medioambie­nte (IPAM), que añade que algunas propuestas violan acuerdos internacio­nales firmados por Brasil.

Tanto Biden como su vicepresid­enta, Kamala Harris, hicieron referencia explícita a la deforestac­ión en la Amazonia en la campaña. Biden dijo que, como parte de su plan de combate contra el cambio climánaro tico, ofrecería 20.000 millones de dólares de ayuda a Brasil. Dejó entrever que si Bolsonaro no responde, la zanahoria se sustituirá por el palo. Ya hay señales de que la entrada de Brasil en la OCDE puede ser abortada por las inquietude­s medioambie­ntales. Al mismo tiempo, grandes corporacio­nes multinacio­nales en Europa y EE.UU. –entre ellas Nestlé, Wal-mart y Mcdonald’s– han amenazado con boicotear productos brasileños si Bolsonaro no detiene la deforestac­ión. Decenas de marcas de distribuci­ón europeas advirtiero­n el año pasado que, si se aprueba la ley de legalizaci­ón de tierras ocupadas en la Amazonia, dejarían de comprar productos brasileños.

Otros expertos consultado­s en Brasil dudan de que el Congreso desafíe a la comunidad internacio­nal de manera tan obvia. Los líderes del Centrão “no son ideólogos bolsonaris­tas sino lo que llamamos fisiólogos, políticos que dependen del sistema clientelar. La presión internacio­nal ya causa preocupaci­ón en buena parte de la derecha”, dice el excancille­r Celso Amorim. “Bolsotiene un dilema: buscar una acomodació­n con Biden para satisfacer la élite económica brasileña, o jugar la carta del nacionalis­mo para reforzar la adhesión de algunos grupos, incluso militares”, añade.

Sin embargo, crece el alarma en otros sectores. “Es muy probable que los cambios en el Congreso faciliten medidas contra el medioambie­nte en la Amazonia; sería trágico –dice Jorge Chaloub, politólogo de la Universida­d de Juiz de Fora–. El Centrão no es tan pragmático, hay ideólogos también, y no tiene ningún interés en el medioambie­nte”.

Lo que sí que se puede decir con bastante seguridad es que Bolsonaro pretende blindarse jurídicame­nte mediante el pacto con el Centrão. Primero, para protegerse de un posible impeachmen­t. Segundo, para proteger a su hijo Flavio, senador y blanco de una investigac­ión judicial sobre el desvío de dinero público a proyectos inmobiliar­ios de grupos paramilita­res. Cuando Pacheco ganó la elección en el Senado, lo primero que hizo Flavio fue entregarle su teléfono móvil para que hablase con su padre.

El presidente se anota una victoria con la elección de dos aliados al frente de las dos Cámaras

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BRUNO KELLY / REUTERS La campaña de vacunación, con el inmunógeno de Astrazenec­a, en la reserva de Tupe, Manaus

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