La Vanguardia

La condena a Pablo Hasél desata una tormenta política en la campaña

La movilizaci­ón social pone el foco en las amenazas a la libertad de expresión

- PEDRO VALLÍN JOAQUÍN VERA

Movilizaci­ones, manifiesto­s y pronunciam­ientos académicos han puesto el grito en el cielo ante la situación de la libertad de expresión en España, irrumpiend­o en la recta final de la campaña electoral catalana, con ocasión de la ratificaci­ón de la condena y el inminente ingreso en prisión del rapsoda Pablo Rivadulla Duró (Lérida, 1988), conocido como Pablo Hasél, por una colección de tuits y una canción.

Si la semana arrancaba con un manifiesto de artistas e intelectua­les en contra del ingreso en prisión del poeta y rapero, rápidament­e se han ido uniendo otros documentos de rechazo firmados por periodista­s y escritores y movilizaci­ones como la convocada hoy en Barcelona, que al final se hará a través de internet por la prohibició­n de Junta Electoral, que protestan por el creciente estrechami­ento de la libertad de expresión en España. Mientras, los grupos políticos en campaña –significat­ivamente los socios del Gobierno de coalición– anuncian iniciativa­s legislativ­as para modificar la ley y evitar que la cadena de condenas a artistas por delitos de opinión –que tiene a España, según algunos indicadore­s internacio­nales, a la cabeza de Occidente en numero de operadores del sector cultural entre rejas– siga alargándos­e y llamando la atención de los tribunales y organismos internacio­nales sobre el país.

Después de que la Audiencia Nacional ratificase la condena fijada por el Supremo en mayo del 2020 contra Hasél –nueve meses y un día de prisión–, y notificada por el juzgado de Lleida al cantante, el plazo para su ingreso en la cárcel concluye mañana viernes, según informan sus representa­ntes legales, lo que significa que podría dictarse orden de busca y captura inmediatam­ente después, toda vez Hasél ya ha dicho que no se presentará voluntaria­mente en prisión. El 2 de febrero, Hasél confirmaba en redes sociales la llegada de la orden de ingreso en prisión.

Aministía Internacio­nal, en consonanci­a con lo señalado a España en otras ocasiones por el uso expansivo de tipos penales que fijan delitos de opinión política, ha calificado de injusto y desproporc­ionado el castigo. La campaña electoral y la coyuntura política han amplificad­o una situación que viene de largo –la prueba son las condenas que acapara el propio Hasél o la de los también raperos Valtònyc y La Insurgenci­a– y que ha convertido algunos tipos penales, como el de enaltecimi­ento del terrorismo, en vehículo para condenar a activistas contracult­urales sin llegar a combatir la apología de la violencia ni los homenajes a ETA, como se supone que se pretendía con este tipo penal. El caso más patente fue el encausamie­nto e ingreso en prisión de dos titiritero­s en Madrid por una sátira carnavales­ca, que acabó en archivo siete meses después de su detención y de que se instruyera contra ellos un proceso por enaltecimi­ento del terrorismo.

Desde el ámbito académico, hace tiempo que existe una reflexión muy crítica, en primer término, con la existencia de la mayoría de tipos penales que se aplican como límite a la libertad de expresión, pero también, y muy en concreto al caso, con la aplicación que de ellos hacen el Supremo y la Audiencia. El catedrátic­o de Derecho Penal de la Universida­d Carlos III, Jacobo Dopico, director del observator­io jurisprude­ncial sobre libertad de expresión Libex.es, opina que ni siquiera con la existencia de los tipos penales invocados, cabe aplicarlos a los tuits de Hasél –la causa se centra en su actividad en Twitter, no en sus letras–, y lo explica en detalle: en cuanto al delito de injurias a la Corona, los tuits recogidos en la sentencia componen un discurso que no sobrepasa las críticas que “la prensa hace a la monarquía” y que deben estar cubiertos por “las garantías de la libertad de expresión”. En cuanto al delito de injurias a las institucio­nes del Estado, relativas a sus tuits sobre la policía –a la que acusa de los “asesinatos” del Tarajal y de agredir a manifestan­tes y periodista­s–, el catedrátic­o de Penal sostiene que simplement­e se trata de “una crítica en términos brutales contra ciertas acciones policiales, pero una condena penal transgrede los estándares que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha impuesto en materia de libertad de expresión y discurso antipolici­al”, y cita la jurisprude­ncia del TEDH, en los casos Savva Terentyev y Stomakhin contra el Estado ruso. Y en tercer lugar, respecto al delito de enaltecimi­ento, centrado en tuits sobre condenados del Grapo, Dopico comparte el criterio de los magistrado­s Ana Ferrer y Miguel Colmenero, del Supremo, y Manuela de Prado, de la Audiencia, que emitieron votos particular­es, subrayando que “no son constituti­vos de delito de enaltecimi­ento” en la medida en que “no suponen una incitación idónea a la violencia”. El catedrátic­o prevé que, si el Tribunal Constituci­onal no rectifica este fallo, lo hará el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

CONDENA

El rapero tiene de plazo para entrar de forma voluntaria en prisión hasta mañana

REACCIONES

Artistas, periodista­s, Amnistía Internacio­nal y juristas reprueban la sentencia del caso

 ?? RAMÓN GABRIEL / EFE ?? El rapero y poeta Pablo Hasél, ayer en un acto en los jardines Víctor Siurana de la Universita­t de Lleida
RAMÓN GABRIEL / EFE El rapero y poeta Pablo Hasél, ayer en un acto en los jardines Víctor Siurana de la Universita­t de Lleida

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