La Vanguardia

Los Mossos investigan el intento de quemar a una persona sin techo

- M. NAVARRO

Los Mossos d’esquadra investigan el intento de quemar a una persona sin techo el miércoles al lado del gimnasio social Sant Pau, un establecim­iento del Raval que durante la pandemia ha habilitado duchas, ofrece ropa y sirve comidas a personas sin hogar. Tres jóvenes con estética neonazi, según han contado varios testigos, rociaron con gasolina al hombre de mediana edad que se suele colocar a primera hora a dormir al lado del gimnasio. El vigilante de seguridad del centro vio lo que estaba pasando y logró espantar a los agresores que huyeron.

El grupo de informació­n de los Mossos se ha hecho cargo de la investigac­ión. Fueron sus miembros los encargados de tomar la denuncia y recoger las primeras declaracio­nes. Al mediodía se acercaron hasta la puerta del Sant Pau los policías de la científica, que tomaron imágenes del escenario y recogieron varias colillas. Durante el día se encargaron de recopilar imágenes de las distintas cámaras de seguridad que abundan en la zona.

El vigilante de seguridad que evitó la agresión no tenía la menor duda en describir a los tres atacantes como “tres nazis” con su aspecto e intencione­s de rociar con gasolina al hombre.

La víctima contó en una grabación difundida en la cuenta de Twitter del gimnasio social Sant Pau que estaba durmiendo, que solo escuchó los gritos del vigilante y que se notó empapado de gasolina. “Soy cliente de la ducha, no tengo donde dormir y quiero dormir cerca de las duchas”, ha explicado el hombre en ese mismo vídeo.

La Fundació Arrels, especializ­ada en la ayuda a personas sin hogar, mostró ayer su solidarida­d y se ofreció a dar cobertura y asistencia legal al hombre si lo necesita. La entidad conoce a la víctima porque es usuario de su centro abierto. Su director, Ferran Busquets, lamentó lo sucedido y alertó de que en los últimos días les han comunicado más casos de agresiones a personas sin techo. Solo en la ciudad de Barcelona, más de 1.200 personas viven en la calle, según el último recuento de realizado por Arrels.

La sola idea de que un grupo de tres jóvenes tratara de quemar vivo a una persona sin hogar estremeció ayer a más de uno, que no pudo más que recordar el caso de María Rosario Endrinal, la Charo. La mujer dormía en el interior de una sucursal bancaria y fue quemada viva por tres adolescent­es que se entretenía­n atacando a personas sin techo.

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