Permiso para salir de las residencias
No cambian las visitas: una a la semana y sin contacto físico
Después de meses de fuertes restricciones, la Conselleria de Salut ha decidido flexibilizar el protocolo de seguridad de las residencias de ancianos por primera vez en la tercera ola de la pandemia. A partir de mañana, los usuarios de los centros geriátricos podrán efectuar paseos por el exterior, vetados desde diciembre, y se restablecen las salidas de uno o dos días con sus familiares sin la obligatoriedad de permanecer aislados 15 días en su habitación al regresar, en el caso de que hayan sido vacunados. Uno de los efectos inmediatos de la revisión del protocolo es que los residentes que no hayan ejercitado el voto por correo podrán participar en las elecciones catalanas del domingo.
Salut define esta flexibilización como un primer paso hacia la normalidad. Se justifica en la mejora de la situación epidemiológica en general y, en particular, en la “importante cobertura vacunal con la administración de la segunda dosis en personas que viven en las residencias (más de un 75%)”. Respecto a los trabajadores de las residencias, el 60% han recibido la segunda dosis, aunque seguirán siendo objeto de cribado con una periodicidad quincenal o mensual, en función del índice EPG (riesgo de rebrote) comarcal o municipal.
Con las medidas de contención y la campaña de vacunación la cifra de contagios ha disminuido significativamente, desde los 919 positivos a comienzos de enero hasta los 273 contabilizados un mes después. Solo el 6,43% de los geriátricos catalanes presenta brotes no controlados.
Las recuperadas salidas cortas y paseos están sometidos a condiciones. Al regresar al centro residencial, acompañados por amigos o familiares que no podrán acceder, los residentes evitarán el contacto con otros hasta que se desinfecten el calzado y/o silla de ruedas y procedan a la higiene de manos y a cambiarse de ropa.
A la espera de comprobar la evolución de la situación después de las vacunas, Salut apenas ha introducido modificaciones en el resto de los protocolos. Así, las visitas de familiares a los centros –“un elemento clave para el bienestar emocional de los residentes”, según Salut– permanecen restringidas a una por semana y con las mismas medidas que hasta ahora: higiene de manos, mascarilla, ventilación y distancia física. Es decir, el contacto físico entre visitantes y residentes sigue estrictamente vetado. La novedad es que las residencias dejarán de practicar y registrar cribajes a los visitantes mediante tests de antígenos.
Según Alba Vergés, esta flexibilización supone una primera reapertura en las relaciones familiares de los usuarios de los geriátricos. Queda pendiente la revisión del plan sectorial de gestión del coronavirus en el ámbito residencial, señaló la consellera de Salut. En este sentido, las autoridades sanitarias están pendientes de los posibles efectos de la variante británica del coronavirus en los centros geriátricos.
Los familiares que visiten a los residentes ya no tendrán que someterse a un test de antígenos