La CUP marca la amnistía como punto de partida para la autodeterminación
La petición de amnistía es unánime en todos los actores independentistas. Como Junts, ERC, Òmnium y la ANC, la CUP no entiende la amnistía como un punto de llegada o una solución final del conflicto, sino como un punto de partida. Así lo explicó ayer el exdiputado Benet Salellas, que tomó como ejemplo el conflicto en Nueva Caledonia: ¿“Cómo lo ha resuelto la República francesa? Promulgando una amnistía que iba vinculada a un referéndum de autodeterminación”.
Pero además la CUP propone que sea bidireccional, según dijo ayer Salellas, es decir, que “tiene que afectar tanto a independentistas como unionistas, pero de la sociedad civil”, dejando fuera a las fuerzas policiales que actuaron, por ejemplo, el 1-O. Los anticapitalistas las dejan fuera porque consideran que cometieron “actos que van en contra del derecho internacional, como son los de tortura”.
En un día en que los jueces dictaron orden de busca y captura para el número dos de la lista de la CUP por Tarragona, Edgar Fernández, por no comparecer en los juzgados como investigado por las protestas postsentencia del 1-O, la diputada en el Congreso Mireia Vehí marcó distancias con la amnistía en España de 1977 –“no estoy diciendo que los crímenes del franquismo sean los del 1-O”–, pero lamentó que significara “un punto y final”. Vehí y Salellas valoraron, en cambio, la de 1936, porque “hubo una voluntad reparadora” y “se reconoció que hubo un exceso desde la administración de justicia”.
Por la mañana la CUP destinó el tiempo a las propuestas en materia laboral, entre ellas, la derogación de las reformas laborales, tanto la del 2010 con el PSOE, como la del 2012, bajo el mandato del PP, y “con la connivencia de CIU”, recordó la cabeza de lista de la CUP por Barcelona, Dolors Sabater. A esta derogación va ligada un aumento de los contratos estables y la protección ante los despidos.
La CUP también propone reducir la jornada laboral hasta las 30 horas semanales a medio plazo.
Los cuperos proponen una jornada laboral de 30 horas a la semana y un salario mínimo de 1.239 euros al mes
Igualmente, los cuperos, además de una renta básica universal para todos los residentes en Catalunya, pide un salario mínimo interprofesional de 1.239 euros al mes.