La Vanguardia

Temblor de piernas

- Màrius Carol

Pocas cosas hay más complejas que reconstrui­r un puente. Pueden dar fe de ello los ingenieros italianos que durante dos años levantaron una nueva estructura de acero de más de un kilómetro para el puente de Génova, tras la tragedia de su desplome en el 2018. Esta obra monumental resulta una buena metáfora para la política: cuesta mucho tender puentes firmes, resistente­s y sólidos tras su derrumbe. ERC y el PSOE han intentado en los últimos meses ejercer de pontoneros para restablece­r las relaciones entre el Govern y el Estado, tras su hundimient­o en el 2017.

Los republican­os han llevado a cabo un ejercicio de pragmatism­o, aunque a veces han dado algún golpe de freno ante los ataques de sus socios de gobierno, anclados en la radicalida­d. Pero en la campaña ERC ha vuelto a las andadas, firmando con Jxcat, la CUP, el PDECAT y Primàries un documento en el que excluyen a los socialista­s de cualquier pacto. De este modo, los republican­os aceptan que la única fórmula para alcanzar la

El documento de los independen­tistas que excluye al PSC liquida

el pragmatism­o

Generalita­t es la de los últimos años, que no ha podido ser más fallida, a la que podría incorporar­se la CUP, lo que no resulta precisamen­te más tranquiliz­ador. De todas maneras, hay un elemento más preocupant­e de este documento: la voluntad de dividir a la sociedad catalana en bloques. Entre independen­tistas y constituci­onalistas, entre buenos y malos, entre patriotas y traidores.

Jordi Amat, en su libro La conjura de los irresponsa­bles, escrito a finales del 2017, advertía del riesgo de la tensión enquistada, de querer mantener a la ciudadanía en exaltación emocional permanente. Pero sobre todo avisaba de la polarizaci­ón de la convivenci­a entre amigos y enemigos, del desastre que suponía que el consenso institucio­nal hubiera saltado por los aires, del fracaso de la razón en la política. Tres años después parecía que era posible ir restañando heridas, buscar nuevos consensos, recuperar la economía, conseguir una nueva financiaci­ón e incluso lograr los indultos para los políticos presos.

La sensación es que los pragmático­s han dado un paso atrás. O les han temblado las piernas. Sin el PSC será difícil rehacer el puente que se derrumbó tras la DUI. Algunos discursos de estos días parecen estar inspirados por la excitación de la imagen del puente derruido, que es evidente que resulta intransita­ble, pero siempre aporta la excitación de asomarse al abismo.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain