La Vanguardia

Biden y los derechos humanos

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En junio del 2018, Donald Trump retiró a Estados Unidos del Consejo de Derechos Humanos de la ONU por considerar que este organismo solo dedicaba su tiempo a atacar a EE.UU. y a Israel. Ahora, Joe Biden anuncia el regreso a esa institució­n confirmand­o la apuesta de la Casa Blanca por el multilater­alismo y la diplomacia y donde los derechos humanos tienen un papel fundamenta­l.

Este giro tiene, sin embargo, matices. El nuevo secretario de Estado, Antony Blinken, ha admitido, tomando alguno de los argumentos de Trump, que el Consejo de Derechos Humanos tiene defectos y su agenda debe ser reformulad­a para no estar tan centrada en mirar con lupa a Israel. Pero, pese a ese reproche, la Administra­ción demócrata cree que el vacío que dejó EE.UU. al retirarse empeoró las cosas, por lo que regresar a esta institució­n es la mejor forma de ayudar a promover las libertades fundamenta­les en el mundo. Biden quiere retomar el liderazgo del mundo con la diplomacia y el multilater­alismo.

Del “America first” y el aislacioni­smo de Trump, EE.UU. ha regresado con Biden a la defensa de los derechos humanos. En los últimos días lo hemos visto en la condena al encarcelam­iento del opositor ruso Alexéi Navalni, en la denuncia del golpe militar en Birmania y, ayer, en la primera conversaci­ón telefónica entre Biden y el presidente chino, Xi Jinping, al que expresó su preocupaci­ón por la violación de los derechos de la minoría uigur de Xinjiang.

Biden también ha retirado el apoyo militar a Arabia Saudí en la guerra de Yemen, en la que, en el 2018, el Consejo de Derechos Humanos denunció posibles crímenes de guerra.

El uso de herramient­as multilater­ales será un elemento destacado de la nueva política exterior estadounid­ense. Pero Biden también tiene el reto de fortalecer el compromiso de su Gobierno con los derechos humanos en su propio territorio. Las desigualda­des raciales y económicas, los derechos de los solicitant­es de asilo y de los inmigrante­s, la violencia policial, el aborto, los derechos de las personas LGTBI y de los niños son, entre otros, temas espinosos en EE.UU. que el nuevo presidente deberá abordar no solo para revertir los daños causados por su predecesor, sino para aprobar políticas que impidan nuevos retrocesos en derechos humanos.

Joe Biden empieza a introducir cambios en política exterior respecto de los derechos humanos, pero habrá que ver qué modificaci­ones contempla en política nacional en este campo. Los derechos civiles y políticos han sido, históricam­ente, pieza básica de la democracia de EE.UU. y de sus políticas para promover los derechos humanos en el exterior. Pero la creencia del ciudadano norteameri­cano de que el Gobierno no debe intervenir para proteger sus libertades ha suscitado grandes desigualda­des. Veremos si el deseo de Biden de abanderar el mundo en la defensa de los derechos humanos se traslada a combatir las profundas desigualda­des que estos derechos sufren en su propio país.

El reto del presidente será aplicar en EE.UU. la defensa de esos derechos que quiere

liderar en el mundo

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