Demasiado caro para ‘Vogue’
La propietaria de la revista dirigida por Anna Wintour renegocia el alquiler
Ni siquiera el lujo está a salvo en esta época de pandemia.
Si algo y alguien representan a esa élite acomodada, la respuesta son Vogue y Anna Wintour, la todopoderosa jefa de la moda desde el altar que le ofrece esa revista y su empresa editora.
Pero Wintour es más que la editora de global de Vogue, sino que también ejerce como responsable de contenidos y directora de Condé Nast, el conglomerado mediático que posee ese magazine, así como Vanity Fair y The New Yorker, uno de los principales exponentes del considerado periodismo de calidad que dirige David Remnick.
La empresa tenía sus cuarteles en Times Square hasta que en el 2014 se mudó a la Torre Uno del World Trade Center (WTC).
Entonces todo parecía maravilloso. Era una apuesta por reconquistar el territorio arrasado por los atentados del 11-S del 2001 y revitalizar la parte baja de Manhattan. Que se instalará allí, en un espacio de 111.500 m2 (23 plantas) ejerciendo como inquilino ancla, debía ejercer el efecto de atracción de otras corporaciones.
Siete años después, y bajo el enorme impacto humano y económico de la covid, con muchas oficinas en desuso y el trabajo a distancia, Condé Nast considera que, por mucho que su compañía sea la imagen de la pompa, es el momento de renegociar.
Así, la empresa ha decidido retener los 2,4 millones correspondientes al alquiler de enero y se plantea hacerlo lo mismo con las sumas de los próximos meses.
Esta táctica forma parte de la disputa con los propietarios del rascacielos (el más alto de la ciudad), uno de cuyos co propietarios es la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey.
La compañía mediática quiere reducir la cantidad de metros cuadrados de que dispone y, por supuesto, el precio que paga por cada uno de esos metros. Según la documentación, la Autoridad Portuaria respondió que los derechos contractuales son firmes y establecen el abono del alquiler por completo.
Un portavoz de Advance, la sociedad propietaria de Condé Nast, explicó al The Wall Street Journal que “continuamos con las conversaciones para poner el alquiler en la 1WTC en términos equiparables a las condiciones de mercado que se dan en la actualidad y las necesidades de disposición en ese lugar”. También dejó caer que se plantean soluciones alternativas “para abordar estos requisitos”.
A pesar de la mudanza de esta empresa periodística, con productos de renombrado prestigio, la Autoridad Portuaria tuvo problemas para llenar los casi 300.000 m2 con los que cuenta esta torre. Pese al boom económico de los últimos años, no fue hasta febrero del 2020, poco antes de que la covid forzase al cierre de oficinas, que el edifico no alcanzó una ocupación del 93%.
Condé Nast empezó a reducir gastos y realquiló unos 1.500 m2 a otras firmas. Pero el deterioro económico no se ha frenado y medios como Vogue han tenido que despedir a trabajadores o bien dejarlos a la espera de que la situación empiece a mejorar.
Anna Wintour se ha visto obligada incluso a cancelar sus fiestas y montajes de alfombra roja tan célebres globalmente.
Los medios de Condé Nast retienen el pago de los 2,4 millones de enero en la Torre 1 del bajo Manhattan