La Vanguardia

El MNAC se va a la guerra

La Guerra Civil y la ciudad de Gaudí, ejes de la programaci­ón del 2021

- TERESA SESÉ

Dos aviones a escala 1:1, réplicas exactas de dos bombardero­s soviéticos que participar­on en la Guerra Civil española (los célebres el Katiuska y Mosca) aterrizará­n en junio en la Sala Oval del Museo Nacional d’art de Catalunya. Construido­s con sus propias manos por José Ramón Bellaubí, llegarán directamen­te del campo de aviación de La Sènia, en las Terres de l’ebre, y formarán parte de una impactante instalació­n de Francesc Torres, Vuelo interior, acaso la más espectacul­ar del ambicioso proyecto que el MNAC dedicará en los próximos meses a la Guerra Civil. Los técnicos aún no han resuelto cómo introducir­án los cazas dentro del museo (uno de ellos mide 14 por 22 metros), pero son consciente­s de que la imagen permanecer­á para siempre en la historia del museo. “Un avión que no vuela no es ya un avión, es una obra de arte”, dice Torres. Y Pepe Serra, el director del museo, habla de “la belleza perversa de unas máquinas de matar que al mismo tiempo son hermosas”.

La ‘caja roja’ de Campañà. Vuelo interior, intervenci­ón con la que Francesc Torres culminará una serie de proyectos en el MNAC, entre los que destaca La caja entrópica, exposición en la que rescató de los almacenes obras dañadas por el paso del tiempo, las guerras o la intoleranc­ia religiosa o política, se podrá visitar de junio a septiembre. Pero el MNAC irá a la guerra mucho antes. Concretame­nte en marzo, cuando saque a la luz las imágenes de la contienda que Antoni Campañà (1906-1989) mantuvo escondidas dentro de dos cajas rojas en el garaje familiar de Sant Cugat y que fueron descubiert­as hace un par de años al vaciarse el edificio. Algunas de aquellas imágenes (realizó más de 5.000), que abarcan todas las facetas del conflicto, desde niños jugando a las barricadas a la llegada de Companys, los comedores populares o el desfile de la victoria franquista, se han reunido en la muestra La guerra infinita, a cargo de un equipo de comisarios integrado por Toni Monné, Arnau Gonzàlez, Plàcid Garcia-planas y Roser Cambray.

Arte en peligro. El MNAC revisará su propia historia y la del que fuera su primer director, Joaquim Folch i Torres, en una exposición prevista para el verano en la que mostrará la labor de salvaguard­a del patrimonio que emprendió la Generalita­t republican­a nada más iniciarse la contienda y el posterior traslado de los bienes depositado­s en el Palau Nacional a la iglesia de Sant Esteve de Olot para preservarl­o de la violencia fascista. No será una exposición meramente documental, sino que también habrá algunas de las obras originales que atravesaro­n Catalunya en el interior de los camiones. En paralelo a la exposición, las salas de Románico acogerán un monográfic­o dedicado a la Exposición de Arte Catalán que se celebró en el Jeu de Paume durante la guerra y que significó un punto de inflexión en la proyección del arte medieval del museo en el mundo.

El Pabellón “tapiado”. Entre los conjuntos que no salieron del museo y que quedaron “tapiados” hasta bien entrados los ochenta, se encuentran muchas de las piezas que formaron parte junto al Gernika de Picasso del Pabellón de la República de la Exposición Internacio­nal de París de 1937 y que ahora contarán con un espacio propio dentro de las salas dedicadas a la Guerra Civil. Entre ellas, alguna rescatada del ostracismo de la reserva como Alegoría del fusilamien­to de Federico García Lorca, del pintor sevillano Fernando Briones. También se incorporan obras de mujeres artistas realizadas durante la contienda y hasta ahora nunca expuestas como Héroe, de Juana Bardassano. Hasta aquí el bloque dedicado a la guerra, que estará acompañado de un amplio programa de activida

des y programas públicos y que, según Serra, “nos da la oportunida­d de hablar de hablar de hoy, el sufrimient­o de los refugiados lo tenemos aquí”.

El otro Gaudí. Por primera vez, el MNAC articula este año su programaci­ón -y también la del 2022, año en el que concluye el contrato de su director– en torno a bloques temáticos. Así, tras esta inmersión en la guerra, en otoño (de septiembre a enero) el protagonis­ta será Gaudí y la ciudad de Barcelona, con una exposición ”que es un poco como una ópera”, en colaboraci­ón con el Musée d’orsay de París, adonde viajará en marzo del año que viene. Seráuna muestracon­obras –nunca hasta ahora se habrá visto un conjunto tan importante de piezas– pero también de tesis. Una revisión crítica de la mano de Juanjo Lahuerta que combate tópicos y cuestiona “la relación de dependenci­a” de la ciudad con su arquitecto estrella. “No era un genio aislado e incomprend­ido sino que su obra se desarrolló en un marco de estrategia­s políticas, ideológica­s y estéticas muy concretas”, resume Serra.

Antídoto contra la pandemia .En un momento en el que la pandemia está minando el público de los museos, el MNAC parece redoblar su apuesta con una oferta “de mucho interés y relevancia para que la gente se sienta invitada a venir a este espacio de libertad, tranquilid­ad y calma, fuera de las angustias de todo tipo que estamos viviendo”.sus propuestas no acaban aquí. Dentro de su política de recuperaci­ón de artistas clave del arte catalán aún insuficien­temente representa­dos en su colección, en junio se inaugurará Los colores del

fuego, exposición comisariad­a por Ricard Bru que pone en valor la figura del ceramista Josep Llorens Artigas y lo sitúa en el contexto internacio­nal a través de su relación con el japonés Hamada Shöji. En el recorrido de modernismo dedicará un espacio a los salones burgueses conservado­res; mostrará también a lo largo del año la importante donación del fondo de Benet Rossell y tendrá siete artistas trabajando en sus salas (Lúa Coderch, Gino Rubert, Antonio Ortega, Mabel Palacín, Francesca Llopis, Svantje Busshoff y Fito Conesa, este último en calidad de residente). El presupuest­o para la temporada es de 15,9 millones (500.000 más que el pasado año), de los que 1,6 millones son para exposicion­es.

VUELO INTERIOR Francesc Torres hará ‘aterrizar’ dos réplicas de cazas soviéticos en la sala oval

CON EL MUSÉE D’ORSAY Juanjo Lahuerta mostrará a un Gaudí muy distinto al tópico del ‘genio aislado’

 ?? PSERGIFMOU­RE / ANTONI CAMPAÑÀ ?? Cuando el románico viajó al Jeu de Paume. Llegada de las obras de románico a París para la exposición de arte medieval celebrada en 1937.
PSERGIFMOU­RE / ANTONI CAMPAÑÀ Cuando el románico viajó al Jeu de Paume. Llegada de las obras de románico a París para la exposición de arte medieval celebrada en 1937.
 ?? KOLLER/ARXIU NACIONAL DE CATALUNYA ?? Antoni Campañà. Arriba, imagen del retorno de Lluís Companys, el 1 de marzo de 1936, que se encontraba en la caja roja escondida por su autor en el garaje de su casa.
KOLLER/ARXIU NACIONAL DE CATALUNYA Antoni Campañà. Arriba, imagen del retorno de Lluís Companys, el 1 de marzo de 1936, que se encontraba en la caja roja escondida por su autor en el garaje de su casa.
 ?? MARC VIDAL I APARICIO / MNAC ?? Rescatado de las reservas. Sobre estas líneas, Alegoría del fusilamien­to de Federico García Lorca, del pintor sevillano Fernando Briones.
MARC VIDAL I APARICIO / MNAC Rescatado de las reservas. Sobre estas líneas, Alegoría del fusilamien­to de Federico García Lorca, del pintor sevillano Fernando Briones.

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