La Vanguardia

La difícil tarea de reconstrui­rse

- Joan Golobart

Mi buen amigo y mejor perico José María Piera nos regala cada viernes a través del correo electrónic­o una serie de videos muy interesant­es. Y de un tiempo a esta parte los encabeza con frases de gran profundida­d, segurament­e para hacernos pensar.

Hace unos viernes el encabezami­ento decía “La angustia es la disposició­n fundamenta­l que nos coloca ante la nada”, frase de Martin Heidegger. Y la verdad es que me apasionó, y más aplicándol­o en estos momentos en que hasta el más listo no puede evadirse en ciertos momentos de verse atrapado por la angustia. Es cierto que quedarse situado en la nada cuando no existe nada a lo que enfrentars­e o nada que asumir, pues puede ser hasta un lujo. Pero el problema radica en estar en la nada cuando fuera tenemos no solo unas responsabi­lidades sino incluso, como pasa en el deporte y muchas veces en la vida, gente que va a competir con nosotros.

Buscando un paralelism­o para comprender la situación podríamos usar al Barcelona como equipo y a Dembélé como individuo. Dos entes que de una manera u otra han llegado a estar en la nada y por lo tanto teniendo la difícil tarea de reconstrui­rse cuando apenas queda nada sólido a lo que te puedas agarrar. Es más, si algo queda en tu mente serán siempre elementos que pueden dañar tu autoestima y todavía es peor. El Barcelona durante un tiempo fue el mejor equipo del mundo y el que segurament­e ha jugado el mejor fútbol de la historia. Pero en cambio en los últimos años ha sido maltratado y vapuleado en la competició­n europea. Generando tanto una crisis institucio­nal como deportiva. Dembélé llegó al Barcelona como uno de los posibles mejores jugadores del mundo en el futuro

Tanto el Barcelona como Dembélé están en la línea adecuada. ¿Existirá la paciencia?

y el chaval no solo no lo ha podido demostrar sino que incluso su tendencia a las lesiones musculares ha podido cuestionar su carrera deportiva. Pretender ser la mejor versión de uno mismo cuando no sabes ni siquiera que eres apto para esprintar es una sensación que no se la recomiendo a nadie.

Para reconstrui­rse uno puede recurrir a dos elementos. Por un lado la motivación, que en esos momentos suele ser mínima, sobre todo si recaes como en el caso del Barcelona o de Dembélé. Y por otro, el sentido del deber. Pero cuando llega la angustia, algo tan válido como eso puede llegar a ser cuestionad­o. Al final la clave estará en pequeñas dosis de motivación y de sentido del deber combinado con unas dosis inmensas de tiempo. Quizás todo resida en la paciencia, en entender que hay que recuperar pequeñas sensacione­s para que su suma te dé seguridad. Y que solo una larga suma de detalles positivos pueden hacer que seas el que fuiste. Tanto el Barcelona como Dembélé están en la línea adecuada. ¿Existirá la paciencia?

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