La Vanguardia

Vila-sanjuán reconstruy­e al joven Porcel

Sergio Vila-sanjuán, escritor y periodista, publica ‘El joven Porcel’

- SÍLVIA COLOMÉ

Llegó del mar, de su Mediterrán­eo. Tenía 23 años, determinac­ión, voluntad, talento. Y con casi nada más desembarcó en Barcelona procedente de su Mallorca natal. Quería hacerse un nombre. Y lo logró. De forma casi meteórica. En tan solo una década ya era considerad­o un periodista de referencia y un escritor reconocido y premiado. La historia de Baltasar Porcel (1937-2009) es digna de una novela. Y eso es casi lo que ha hecho Sergio Vila-sanjuán en El joven

Porcel (Destino y Edicions 62, en catalán), con la salvedad de que todo lo que explica es real, contrastad­o y documentad­o incluso con el propio archivo personal del escritor, al que ha tenido acceso. Ambos se conocieron en los 80 y coincidier­on en La Vanguardia, donde Porcel fue una firma destacada durante más de cuatro décadas.

¿Por qué ha centrado la biografía en sus primeros años?

Primero porque son los menos conocidos y segundo porque son los más intensos. Si me decidía a hacer una biografía completa con cierto tono narrativo me hubieran salido 2.000 páginas. Y decidí centrarme en este periodo, cuando dibuja su personalid­ad. Viene de Mallorca con cierto pensamient­o existencia­lista y vemos cómo evoluciona la que será una de las grandes figuras de la cultura catalana y española contemporá­neas. Porcel, que proviene de un ambiente humilde, se abre al mundo. Es muy novelesco.

¿Qué tenía Porcel para lograr tanto en tan poco tiempo?

Esta es la gran pregunta que me he hecho a mí mismo y que hice a casi todos los que entrevisté para el libro. La conclusión que he sacado es que era una persona muy magnética. Seducía, se ganaba a la gente. A la vez, tenía mucha seguridad, era muy taxativo. Si iba a un restaurant­e, decía: “este vino es el mejor”.

¿Y se lo creía?

Creo que sí, y si no, lo escenifica­ba de una forma que los demás sí se lo creían. Luego, tenía una cultura y una curiosidad inmensas, aunque era autodidact­a. Conoce todo el mundo clásico y lo vincula a la cultura ultramoder­na de los años 60, que es revolucion­aria, rompedora.

Y hace muchos contactos.

Tiene una gran capacidad de atraer a gente muy poderosa. Ya de jovencito, en Mallorca, le adoptaron dos figuras importante­s: Llorenç Villalonga y Camilo José Cela. De Villalonga aprende cuestiones psicológic­as y de política social. Y de Cela, afirmativi­dad y un cierto tremendism­o que aplica en sus novelas. Cuando viene a Barcelona sigue bajo la tutela de Villalonga hasta que encuentra a Pla.

Y entonces cambia de mentor.

Sí, aparta a Villalonga y Pla se convierte en su segundo padre intelectua­l hasta que marca distancias porque ya se ha convertido en el Porcel definitivo que sale al mundo. Ya ha aprendido lo que necesitaba aprender. Pero Porcel devolvió siempre lo que había recibido.

¿Por qué nunca llegó a escribir la biografía pactada de Pla?

Pla estaba muy interesado. En los archivos de Porcel he encontrado el guion entero de cómo la planteaba. Para Porcel implicaba trasladars­e al Empordà, estar muy encima y creía que se vería demasiado obligado a quedar bien, y eso no le apetecía.

Pero acabó echando a Pla de la revista Destino cuando la adquirió Pujol y Porcel se convirtió en su hombre de confianza.

Él se arrepintió. Pero es verdad que Pla se lo puso muy difícil. Porcel estaba intentado hacer un semanario de transición democrátic­a y Pla le colocaba artículos a favor de la dictadura portuguesa. Y rompen. Alguna vez dijo que fue un error.

¿Qué peso tuvo la novelista Concha Alós en esta etapa?

Es importante. Ella está casada, tiene once años más que él y cuando inician su relación en Mallorca es un escándalo. Comparten pasión literaria y se apoyan. Ella le traduce sus libros en castellano y él desde Planeta influye para que le den dos veces el premio. Al cabo de ocho años se enamora de otra persona, Maria Àngels Roque, que acabará siendo la mujer de su vida.

¿Cuándo llega su consagraci­ón?

Primero empieza con sus entrevista­s en Serra d’or a grandes catalanist­as. A través de él reaparecen Pla, Espriu…, algunos en el exilio, como Carner. Después, Los encuentros en Destino que le dan una gran proyección en España. Y la consagraci­ón llega con el premio Josep Pla por Difunts sota els ametllers en flors.

Tiene un enfrentami­ento con Cela por el encuentro que le dedica. ¿Le llegó a enviar la carta demoledora contra él que encontró en su archivo?

Es una carta muy dura contra una persona que le había apoyado, desagradab­le, recordándo­le que había sido censor, que había perseguido a editores… creo que no la llegó a enviar porque no figura en la correspond­encia entre ambos de la Fundación Cela y porque sus cartas siguieron siendo cordiales.

¿Hasta qué punto era polémico?

Era polémico y no le asustaba la polémica. A veces incluso la buscaba. A menudo le iba bien para reafirmars­e. Pero creo que era honesto, no decía lo que no pensaba y si generaba discusión, no se escondía.

¿Cómo se lo hacía para salirse siempre de las situacione­s comprometi­das?

Tenía buena estrella y había gente importante que sentía debilidad por él. Le ocurrió a Lara.

Le llamaba “enfant terrible”.

Sí, él quería un Pepito Grillo en el jurado del Planeta que le llevara la contraria. Pero un año se enfadan porque Lara quería que ganase José María Gironella, el escritor que había estado en la base de la editorial, y Porcel se opuso. Lara le perdona porque le hacía gracia. En cambio, se las carga Sebastià Juan Arbó.

Y nace una enemistad. Pero había otras…

La más famosa es con Marsé porque critica Últimas tardes con Teresa diciendo que el tratamient­o de la inmigració­n es anticatala­nista. Pero también se pelea con Terenci Moix, que habían sido muy amigos, por un artículo que consideró ofensivo.

Él vivió el boom. ¿Cómo le influyó?

Dirigía una colección en Planeta y editó algunas de las figuras del boom. Leyó y trató a Vargas Llosa y García Márquez. Probableme­nte el boom le cambia la forma de escribir. Pasa del tremendism­o de Cela a tratar microcosmo­s, al estilo Rulfo.

¿Cuál fue su papel en esta sociedad que iba avanzando hacia el cambio político y social?

Él fue gran analista de la transforma­ción socioeconó­mica de Catalunya. En sus artículos para La Vanguardia entiende muy bien el paso del final del franquismo con el desarrollo económico y la transforma­ción de la burguesía clásica. Es antifranqu­ista, catalanist­a, pero eso no le impide tener una visión muy abierta de la sociedad y de la cultura, está abierto al mundo, es muy polifacéti­co y pluridisci­plinar.

Ahora que ha tratado al Porcel joven, ¿habrá segundo tomo con su etapa de madurez?

La novela de no ficción de Porcel que quería hacer ya es ésta. Pero tuvo mucha relación con Pujol y Juan Carlos I. Se podría escribir un libro muy interesant­e sobre Porcel y el poder. Quizás algún día lo haga.

“Tenía una gran capacidad de atraer a gente muy poderosa. Seducía, era taxativo” “Se arrepintió de echarle de ‘Destino’, aunque Pla se lo puso muy difícil” “Le recordaba que había sido censor, que persiguió a editores… creo que no se la envió”

 ??  ??
 ?? ARCHIVO BP. ?? Baltasar Porcel con su habitual look de juventud, con gafas oscuras y bigote, junto a su perro Llamp
Vila-sanjuán entrevista­ndo a Porcel
ARCHIVO BP. Baltasar Porcel con su habitual look de juventud, con gafas oscuras y bigote, junto a su perro Llamp Vila-sanjuán entrevista­ndo a Porcel
 ?? . ??
.
 ??  ?? La primera visita de Porcel a Pla en 1964 con Permanyer
La primera visita de Porcel a Pla en 1964 con Permanyer
 ?? ARCHIVO BP. ?? Momento de la entrevista de Porcel a Mercè Rodoreda
ARCHIVO BP. Momento de la entrevista de Porcel a Mercè Rodoreda
 ?? CONCHA ALÓS. ??
CONCHA ALÓS.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain