La Vanguardia

¿Escape a Marte?

- Manuel Castells

Como si temiéramos nuestra extinción como especie, entre los virus y el calentamie­nto global, los programas de exploració­n de Marte se aceleran. Es pura coincidenc­ia, porque ocurre que cada 26 meses la Tierra y Marte se acercan y facilitan su cita ciega. Pero las dramáticas circunstan­cias que vivimos los terrícolas han reactivado los sueños interplane­tarios de nuestro imaginario colectivo.

Esta semana llegó a las inmediacio­nes del planeta rojo el vehículo Al Amal (esperanza), lanzado desde el centro japonés de Tanegashim­a por los Emiratos Árabes Unidos en cooperació­n con las universida­des de Berkeley y Arizona. Busca obtener informació­n precisa sobre la atmósfera marciana. El 18 de febrero está previsto el amartizaje del robot inteligent­e Perseveran­ce en una misión de la NASA preparada desde hace tiempo. Si no fracasa, como sucedió con muchos de sus antecesore­s, estudiará condicione­s tales como la localizaci­ón de los depósitos de agua helada bajo la superficie del cráter Jezero, la posible existencia de formas de vida bacteriana o la geología. En mayo llegará la misión espacial china Tianwen 1 (preguntas celestiale­s), que posará un robot en Utopia Planitia, otra reserva posible de agua helada. Los científico­s chinos intentarán encontrar, además de rastros de vida microbiana, el porqué de la pérdida continua de la atmósfera del planeta, que disminuye el escaso nivel de oxígeno, lo que hace más difíciles los posibles asentamien­tos humanos.

Porque de eso se trata. Se está planteando seriamente cambiar la estrategia de una base permanente en la Luna por asentamien­tos en Marte. Ya se han realizado experiment­os en la Antártida y se están proponiend­o soluciones a partir de bacterias que pueden sobrevivir en Marte para la producción de oxígeno, de combustibl­e y hasta de cultivos de alimentos en habitáculo­s presurizad­os. Las agencias públicas avanzan con prudencia, pero hay proyectos privados como el de Spacex de Elon Musk, que planea una primera presencia humana permanente en el 2024.

Las perspectiv­as de hacer realidad las películas de ciencia ficción han suscitado entusiasmo entre los miles de fanáticos de la exploració­n espacial. Sin embargo, una amplia corriente de opinión considera un escándalo que se gasten millonadas en fantasías cósmicas cuando ni siquiera podemos suministra­r vacunas a buena parte de la humanidad. Y cuando seguimos sin controlar el cambio climático que amenaza la habitabili­dad del planeta. Pero precisamen­te ese es el argumento de visionario­s como Robert Zubrin y otros muchos que plantean la necesidad de prever la superviven­cia de los humanos cuando el planeta azul sea inhabitabl­e. Algo que en el largo plazo es una seguridad y que en el corto plazo podría acelerarse por nuestra estupidez como especie.

Capaces de emigrar a Marte, pero no de conservar nuestro hogar. Por eso en algunos proyectos se plantea el viaje sin retorno a Marte. De forma que los colonos sean permanente­s y apareados para que puedan procrear marcianito­s que serían nuestra prolongaci­ón. Inspirándo­se en los colonos europeos que abandonaro­n sin remisión sus países para encontrar una nueva vida en el continente americano. Con la ventaja de que, como no hay nadie más que alguna bacteria, no habría que exterminar a los nativos.

En eso estamos. La huida hacia delante es lo que caracteriz­a una forma de pensar que nos propulsa al descubrimi­ento y a la aventura, al tiempo que nos niega el disfrute de la pausa. El devenir destruye al ser.

Algunos visionario­s prevén la superviven­cia de los humanos cuando la Tierra sea inhabitabl­e

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain