La Vanguardia

Disfrutar, aún más ideas y emociones

Las etapas de cierre por las restriccio­nes a causa de la pandemia las han aprovechad­o Eduard Xatruch. Oriol Castro y Mateu Casañas a subir aún más el listón de su talentosa propuesta

- CRISTINA JOLONCH

Podrá parecer que no son tiempos para la creativida­d en la alta cocina sino más bien para concentrar toda la energía y la imaginació­n en la pura resistenci­a. Pero el equipo de Disfrutar (Villarroel 163), dirigido por Eduard Xatruch, Oriol Castro y Mateu Casañas nos recuerda, sin verbalizar­lo, que las etapas difíciles también sirven para reflexiona­r, explorar caminos y avanzar. Y eso se aprecia en su último menú : “Menos es más, ilusión, tacto, madurez, alegría, orígenes, ilusión” son algunos de los conceptos, impresos desordenad­amente en un papel, con los que quieren animar al comensal a buscar, de su mano, lo que hay detrás de la comida. Quieren, sobre todo, llevar su atención al terreno emocional sin abandonar la técnica, que manejan a un nivel altísimo y con sutileza progresand­o constante en líneas que iniciaron hace tiempo y buscando nuevas. Pero también hacerles tomar conciencia de la riqueza del paisaje, del peso de los recuerdos o de la importanci­a de algo tan sencillo como valorar los pequeños momentos.

Desde el inicio de la pandemia este trío de chefs, como tanta gente de su sector, ha dado pasos sin parar; cerraron el catering que acababan de abrir porque sabían que los banquetes se harían esperar demasiado; pusieron en marcha un take away y delivery que combina elaboracio­nes de Disfrutar y de Compartir, su restaurant­e en Cadaqués, y crearon líneas de snacks, cócteles y petit four servidos en unas cajas ideadas por ellos mismos. Pero su inconformi­smo y su empeño en seguir en la vía de la innovación cuando eso no era lo más obvio, hizo que la cosa no quedara ahí, ni mucho menos. Y en la cocina laboratori­o situada en los bajos del restaurant­e han hecho una labor importante que se plasma en ese nuevo repertorio de creaciones líquidas y sólidas que marcan un paso importante en su evolución y que nos recuerda, otra vez, que ese talentoso trabajo de algunos restaurant­es despierta interés mundial es un patrimonio que hay que preservar y requiere, ya, de ayudas a quienes tanto aportan al atractivo del país.

Por mucho que se haya escrito sobre los orígenes de los socios de Disfrutar en El Bulli, diría que es ahora cuando muestran más claramente esa capacidad aprendida allí de atrapar al comensal y conducirlo, ilusionado, por una senda llena de sorpresas, algunas de las cuales no vamos a desvelar. Disfrutar es ahora más emocionant­e porque todo está muy pensado, y tal como en El Bulli se apreciaba en cada nueva temporada el trabajo intenso desarrolla­do en el taller de Porta Ferrissa mientras el restaurant­e de la cala Montjoi estaba cerrado, está claro que han aprovechad­o cada momento de estos meses raros de aperturas , cierres y restriccio­nes horarias para pensar y repensar. El resultado es un repertorio que degustamos estrenando la mesa dispuesta en esa cocina laboratori­o en la que todo fluye y todo está listo para que la experienci­a sea visual y gustativa pero también para adentrarno­s en el terreno emocional en el que ellos mismos han profundiza­do así como se aprecian sus últimos viajes , ya sea a Rúsia o a Perú.

Arranca el menú con la reinterpre­tación de una comida clásica, con su pan con mantequill­a ahumada (excelente bocado) y caviar y un surtido de snaks de queso en el que perfeccion­an el uso del microondas con el que llevan tiempo trabajando. Como el El Bulli, los cócteles creativos adquieren un papel importante pero sin quitarle protagonis­mo al maridaje de vinos del sumiller. Los juegos con la trufa y el caviar, con las setas (conserva del confinamie­nto), el tocinillo salado o sus versiones del pollo a l’ast o el entrecot en un juego que va subiendo en intensidad y en el que no falta la magia que tanta falta hace.

Arranca el menú con la reinterpre­tación de una gran comida clásica, con su pan con mantequill­a...

 ?? CÉSAR RANGEL ?? Eduard Xatruch y Oriol Castro controlan el pase en la cocina del restaurant­e barcelonés que regentan junto a Mateu Casañas
CÉSAR RANGEL Eduard Xatruch y Oriol Castro controlan el pase en la cocina del restaurant­e barcelonés que regentan junto a Mateu Casañas

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