Salut aprueba el primer acelerador de protones, que tardará cuatro años
El primer acelerador de protones público en España, para tratar sobre todo tumores infantiles y algunos de adultos en lugares difíciles de la cabeza, podrá ponerse en marcha en Barcelona dentro de cuatro años.
Salut ha dado los primeros pasos para conseguirlo y el Catsalut espera poder financiarlo con fondos europeos. El aparato, que tiene un largo proceso de fabricación e instalación, según fuentes del Catsalut, tendrá un coste de unos 45 millones.
El punto de partida ha sido un acuerdo alcanzado el jueves entre los principales cinco hospitales catalanes que tratan este tipo de tumores infantiles y los casos particulares de tumores en adultos en la base del cráneo o junto a los ojos. El acuerdo de explotación conjunta es el resultado de una petición también conjunta de los principales hospitales para abordar esta adquisición. Se dieron los primeros pasos cuando Antoni Comín era conseller de Salut, pero la propuesta de los hospitales no logró prosperar hasta ahora.
Los cinco centros –el ICO, Vall d’hebron, Clínic, Sant Pau y Sant Joan de Déu– colaborarán en el uso de esta máquina, que probablemente se ubicará en el recinto del Pere Virgili, porque necesita mucho espacio. Dará tratamiento a un promedio de 200 pacientes al año, al principio, sobre todo niños. Ellos son los que más rotundamente se beneficiarían de una irradiación de los tumores mucho más certera y, sobre todo, sin los efectos colaterales que tiene la radioterapia de fotones en los tumores cerebrales, que a menudo generan graves daños funcionales.
Desde hace apenas cuatro meses la terapia con protones está en la cartera de servicios de la sanidad pública, pero los pacientes que pueden beneficiarse, la mayoría niños, han de trasladarse a otros países, como Alemania, Francia, Suiza o Italia, donde han de estar alrededor de un mes y medio viviendo, paciente y familia. Cada tratamiento cuesta a la sanidad pública alrededor de 40.000 euros.
En España el grupo Quirón y la clínica Universitaria de Navarra tienen un aparato desde hace un par de años en Madrid. Pero la sanidad pública no tienen ninguno. El de Barcelona sería el primero.
La alianza firmada esta semana entre los hospitales y el Catsalut pretende ser la primera de otras colaboraciones de este tipo. En este año covid se ha forjado un sistema de colaboración entre hospitales grandes, medianos y pequeños que permita un flujo equitativo de los pacientes a todos los niveles de sofisticación.