La Vanguardia

El Barça se agarra a la Copa

Los blaugrana superan al Unicaja en la prórroga y se clasifican para semifinale­s

- LUIS BUXERES

Este año a la Copa del Rey le falta el público, pero le sigue sobrando emoción. De eso, para empezar, se encargó el Barça, que se clasificó para semifinale­s con mucho más sufrimient­o del que apuntaba la teoría. Fue Unicaja un hueso duro de roer y exigió a los blaugrana hasta el final, incluida una prórroga, provocando un enorme desgaste con el que los hombres de Jasikevici­us deberán saber lidiar en un torneo en el que pueden disputar tres partidos en tres días.

El comienzo del partido dibujó una tormenta de dimensione­s siderales para los intereses de los blaugrana, incapaces de encontrar un refugio en el que esconderse. Chocó que un equipo con los jugadores de la experienci­a de Mirotic, Higgins o Calathes saliera tan desconecta­do al parquet en una cita a vida o muerte como unos cuartos de Copa. Olió sangre el Unicaja, perro viejo Katsikaris, y aprovechó la alfombra roja para pisarla sin tapujos.

Brizuela decidió pedirle prestado el traje de superhéroe a Michael Jordan y se puso al mando de las operacione­s. Hasta 14 puntos fue capaz de anotar el vasco en los primeros siete minutos. Los gritos de Jasikevici­us atronaban en un silencioso Wizink Center, que asistía atónito a lo que estaba pasando. El Barça encajó un sonrojante parcial de 0-19 que culminó con un triple de Waczynski (9-29, minuto 9). Aún no había sonado la primera bocina y el equipo blaugrana seguía sin comparecer en la Copa, como si tuviera jet lag. Un par de triples finales de Abrines y Westermann frenaron la hemorragia en ese parcial inicial y dieron un poco de aire a los teóricos favoritos.

Con la segunda unidad, aún aturdida la primera en el banquillo tras ser arrollada por un tren de mercancías malagueño, el Barça encontró la tranquilid­ad, por un lado, y la intensidad defensiva necesaria y exigible para un partido de élite, por el otro. Con Westermann jugando sus mejores minutos en la dirección como blaugrana y con un inmenso Oriola, contagiado­r de energía de profesión, el equipo de

Jasikevici­us empezó a asomar la cabeza, al mismo tiempo que el Unicaja parecía empezar a acusar el vértigo de tener a uno de los mejores equipos de Europa a su merced. Higgins resolvía los ataques que se atascaban, y 5 puntos de un Abrines

bastante recuperado recortaban hasta el 39-42 (minuto 19). Parecía un milagro que el Barça volviera a estar en el partido, pero era una realidad. Con la cabeza fría y la calidad de sus jugadores, el conjunto blaugrana había regresado al partido como una oveja al rebaño.

Pero nada más salir del descanso, Unicaja dejó patente que había recuperado el equilibrio y que eso del vértigo formaba parte del baúl de los recuerdos. Brizuela volvía a hacer guiños a la NBA –acabó con 33 puntos–, y los malagueños no soltaban el mando del partido. Calathes era el único que mantenía al Barça con vida, penetrando una y otra vez ante precisamen­te Brizuela, que con tres faltas no se arriesgaba a defender con todo su ímpetu. A trancas y barrancas, el Barça había conseguido alcanzar el último cuarto con la misión (fácil o difícil, según el prisma) de enjuagar solo 5 puntos a su rival. Antes de los tres minutos ya había recuperado el mando en el marcador, esta vez sí, obedientes y afanados los jugadores blaugrana. Pero cuando tenían todo de cara (79-70) encajaron un nuevo parcial de 0-10 que puso aún más salsa a los dos últimos minutos. Tanta que Abromaitis, casi sobre la bocina, fue capaz de forzar la prórroga. La experienci­a blaugrana y el acierto en los tiros libres inclinó la balanza en el tiempo extra. El Barça acabó metiéndose en semifinale­s, donde le espera el Baskonia. Y es que las curvas no han hecho sino comenzar.

El Barça llegó a perder de 20 en el primer cuarto (9-29) tras encajar un parcial sonrojante de 0-19

La lucha de Oriola, la dirección de Westermann y los puntos de Calathes sostuviero­n a los blaugrana

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 ?? DANI DUCH ?? Incisivo. El base barcelonis­ta Nick Calathes protagoniz­ó varias penetracio­nes a canasta como la de la imagen. El director de juego blaugrana fue uno de los jugadores más destacados de su equipo. Supo mantener la cabeza fría en los momentos más complejos tras un inicio de encuentro realmente pésimo para los de Sarunas Jasikevici­us
DANI DUCH Incisivo. El base barcelonis­ta Nick Calathes protagoniz­ó varias penetracio­nes a canasta como la de la imagen. El director de juego blaugrana fue uno de los jugadores más destacados de su equipo. Supo mantener la cabeza fría en los momentos más complejos tras un inicio de encuentro realmente pésimo para los de Sarunas Jasikevici­us

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