‘Davosando’
Este año el encuentro de Davos fue virtual. Nada que ver. La gente no va a Davos a escuchar rollos, sino a encontrarse con otros. Es una gran oportunidad reunirse con personas importantes y luego comentar: “Sí. Estuve con el presidente de tal país y me pareció fenomenal, en cambio, el presidente de tal otro es más flojito”. Verlos por internet no es lo mismo.
Ya lo he comentado, pero una de las primeras veces que fui a Davos como ponente coincidí con Jordi Pujol, que era entonces presidente de la Generalitat. Él dio un gran discurso en inglés, francés y algún idioma más pero repitiendo en cada uno lo que decía aunque no era solo una traducción, iba avanzando. Quien entendía los distintos idiomas veía que un francés entendería todo, un americano también, pero los que sabíamos varios idiomas nos enteraríamos de más cosas. Al acabar las sesiones nos llevaron en autobuses a los diferentes hoteles en que estábamos alojados. Detrás de mí iban dos americanos y uno le dijo al otro, sobre la conferencia de Jordi Pujol: “Este tipo es fenomenal, habla muchos idiomas, ¿de dónde es?”. El otro: “Es el presidente de Catalina”. El primero: “¿Dónde está Catalina?”. El otro: “No lo sé. Creo que es una isla”. Para mí aquello fue increíble: “Soy ciudadano de la isla Catalina, que es un país”. Si me giraba y les decía a los americanos que la isla Catalina estaba en el Caribe, quizás me habrían dicho “Sí, el Caribe, en África”. Estados Unidos es tan grande e importante que los americanos no saben mucha geografía del resto del mundo.
Cuando llegué a Harvard a hacer un doctorado había tres profesores que me evaluarían. Uno era mi gran jefe y los otros mis segundos jefes. Siempre digo que mi jefe era más bien mi amo y yo su esclavo. Al presentarme, uno me preguntó de dónde era y yo le contesté que “de España” (from
Spain) y él, haciéndose el sabio, dijo “Ah, sí, en el Caribe”. Debía de sonarle España con un dictador militar al frente como un país del Caribe, más o menos como les suena a algunos hoy al hablar de África Subsahariana, una zona con oportunidades. Claro que si preguntamos dónde está Albuquerque puede que nos digan en Nuevo México y que no sepan que es un estado de USA. Desde los tiempos de mi regreso de Harvard y mis primeras asistencias a Davos hemos trabajado mucho y hemos creado una buena imagen de país, Spain, y de ciudades como Madrid y Barcelona. Trabajemos por estas “marcas” que son una buena base para que en el futuro quienes reconsideren sus estrategias para Europa -que tendrán más tecnología y quizás menos personas pero más preparadas- nos den el primer lugar. Como siempre digo, hemos de ser humildes pero sin infravalorarnos.
Nosotros tenemos nuestros Davos, eventos anuales en muchos temas y lugares, organizados por asociaciones empresariales, bancos, escuelas importantes. Este año se han anulado muchas, otras se han hecho online (puedes pasar un par de días en Davos, pero no te pasas dos días delante del ordenador escuchando rollos que ya has oído). El networking, encontrarse con gente con los que sería difícil hablar pero que puede ser muy interesante conocer, se puede conseguir en Davos o encuentros parecidos y después puedes enviarles un email diciendo: “Fue un placer hablar en Davos y estoy de acuerdo con sus opiniones. Por cierto, quisiera comentarle un tema que le puede interesar. Tengo que ir a Madrid el mes próximo y podría adaptarme a su agenda...”. A lo mejor le vendes la empresa. Para los directivos y consejeros el networking es crucial y los encuentros que aporten nuevos conceptos, ideas y oportunidades también. Hay que ir a encuentros, con prudencia. No ser un encuentronista, pero estar bien visible en la primera fila. Hay que seguir aprendiendo.
Las ciudades Madrid y Barcelona son buenas marcas para los que reconsideren su estrategia en Europa