Sánchez intenta preservar en el nuevo escenario la vía de diálogo con ERC
El PSOE reclama que PP y Cs, tras su debacle en Catalunya, rompan con Vox
El Gobierno de Pedro Sánchez, antes del 14-F, advertía que necesitaba “un interlocutor comprometido con el diálogo” en Catalunya. Por eso, el mayor “riesgo” que veían en la Moncloa ante la cita con las urnas era la victoria de Junts y el triunfo de su apuesta por el unilateralismo y la confrontación política, lo que además podría empujar a Esquerra a abjurar de la vía pragmática emprendida y de todo posible entendimiento en Madrid. Pero que la candidatura de Pere Aragonès haya ganado el pulso en la disputa independentista a la formación de Carles Puigdemont es un primer y gran alivio para los socialistas. Y que además Salvador Illa haya devuelto al PSC la condición de primera fuerza política de Catalunya, piensan que es el aval definitivo a la política de diálogo y distensión de Sánchez, como única fórmula de desenquistar la confrontación política en Catalunya.
Sánchez reunió ayer a la ejecutiva del PSOE, pero simplemente analizó el resultado de las elecciones catalanas, sin dar ninguna pista de futuro según algunos de los presentes, por lo que la cita culminó con un aplauso cerrado por el éxito electoral. Tras la reunión, además, no compareció ningún dirigente públicamente desde Ferraz, precisamente para dejar todo el protagonismo mediático de la jornada postelectoral a Illa. Pero la dirección del PSOE sí emitió un comunicado que evidencia la pretensión de Sánchez de intentar preservar a toda costa las vías de entendimiento con ERC, que los socialistas consideran fundamental para el futuro de Catalunya pero también para la estabilidad de un Gobierno, según su pronóstico, con tres años de legislatura por delante.
Así, el PSOE subrayó en su comunicado “el hecho de que hayan sido dos partidos con raíces y de los de mayor solera en el sistema político catalán y español, PSC y ERC, los que han ganado estas elecciones tanto en votos como en escaños, y que sean también los que de una u otra manera –y mirando cada uno lógicamente a sus principios u objetivos políticos– abogan por el diálogo”.
El propio Sánchez da plena cobertura a Illa en sus negociaciones, con sus jefes de estrategia de la Moncloa, Iván Redondo y Francisco Salazar, a pie de obra en Barcelona. La ejecutiva del PSOE, por lo pronto, mostró ayer su “total apoyo” a la decisión de Illa de presentarse a la investidura como presidente de la Generalitat. “Los socialistas no defraudaremos la confianza que los catalanes han depositado en nosotros y, en la medida de nuestras fuerzas, trataremos de devolver a Catalunya a la vanguardia del crecimiento económico y la justicia social”, reza el comunicado, con las mismas palabras que la víspera expresó el ministro y secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos. El “extraordinario resultado” obtenido por Illa y el PSC, insisten, “abre un camino de esperanza en Catalunya y supone una apuesta decidida por el reencuentro, el cambio, la convivencia y el diálogo”.
Pero la ejecutiva del PSOE quiso además presionar al Partido Popular y Ciudadanos, y puso el acento en sus respectivos varapalos electorales en Catalunya que abrieron la puerta de par en par para que la ultraderecha se instale en el Parlament. Así, reclamó a las formaciones que lideran Pablo Casado e Inés Arrimadas que “rompan sus acuerdos con Vox en todos los niveles de la administración, porque solo benefician a la ultraderecha y ponen en riesgo los fundamentos de la democracia”.
“La dirección del PSOE considera que la derecha ha sido la gran perdedora de estas elecciones –explica el comunicado–. Por un lado, una derecha que no es capaz de ofrecer nada a los catalanes, ni de entender la diversidad y la pluralidad y se limita a sembrar el anticatalanismo en el resto de España y, por otro, una derecha independentista, que sigue ofreciendo solo división, enfrentamiento y frustración a la sociedad catalana”.
El PSOE celebró además que el PSC sea primera fuerza en Catalunya “después de 18 años”, como un “extraordinario ejemplo de resiliencia”, lo que aseguran que “garantiza una posición sólida para muchos años en una comunidad autónoma de gran importancia para España y para el PSOE”. Una posición que los socialistas consideran “primordial”.
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PRIMERA FUERZA POLÍTICA Los socialistas ven garantizada “una posición sólida” a largo plazo en Catalunya