Cs resarce al PSC y nutre a Vox en el área metropolitana
El partido naranja pierde 473.000 votos en los 36 municipios
Cuesta recordar un hundimiento tan estruendoso como el sufrido por Ciudadanos en las elecciones al Parlament del pasado domingo en el conjunto de Catalunya y, sobre todo, en Barcelona y su conurbación, el territorio donde puso las bases de su victoria en los comicios del 2017. En el ámbito de los municipios del área metropolitana de Barcelona el partido naranja vio cómo anteayer se esfumaban más de 437.000 sufragios y solo conservaba el 16% de los votos cosechados hace cuatro años.
De esa debacle sin precedentes hay dos beneficiados. Por un lado, el PSC, primera fuerza en 25 de los 36 municipios y la única formación consolidada que, a pesar de la abstención, mejora resultados en términos absolutos (19.703 más que en las anteriores elecciones). Y, por otra parte y más que nadie, Vox. Los ultraderechistas rozan el listón de los 100.000 votos en el AMB y superan a Ciudadanos en todos los municipios a excepción de Santa Coloma de Cervelló y El Papiol. Es cierto que la aparición de Vox no deja levantar cabeza al PP, que pierde cerca de 36.000 votos en el área de Barcelona, pero es a Cs y no a los populares a quien asesta un golpe mortal.
Los resultados de las elecciones del 14-F son la confirmación definitiva de la recuperación de la hegemonía del PSC en Barcelona y en sus feudos tradicionales del área metropolitana, el rescate de un voto prestado que en ocasiones y en parte fue a parar a los comunes y que en las catalanas del 2017 sirvió para catapultar a Ciudadanos hacia su efímera gloria. También demuestra la consolidación de ERC en un territorio que hasta hace poco le era hostil y donde se ha conseguido posicionar como segunda fuerza en 25 municipios metropolitanos, por delante de Jxcat, que solo consigue imponerse como primera fuerza en Sant Cugat del Vallès y Tiana.
La distribución de los resultados en Barcelona también evidencia el renacimiento del PSC, que se erige como la candidatura más votada en 46 de los 73 barrios de la capital, incluido alguno donde históricamente los socialistas habían tenido un papel poco relevante como el de las Tres Torres. El resto de barrios se los reparten las dos principales formaciones independentistas, 16 para Jxcat y 11 para ERC.
Algunos comportamientos de voto se reproducen elección tras elección. Así, ya comienza a ser normal que ERC logre su mejor resultado en la Barceloneta (27,6%), que el PSC, tras ceder ante Cs en el 2017, vuelva a tener su pico en Ciutat Meridiana (44,7%) o que los comunes alcancen su mejor registro (16%) en el pequeño barrio de la Clota. Los mejores números para Jxcat se dan en una zona bienestante como es la Vila Olímpica del Poblenou (21,8%); la CUP vuelve a hacerse fuerte en la república independiente de la Vila de Gràcia (13,2%) y Pedralbes es donde el PP (17%) y Cs (10,7%) obtienen más confianza del electorado. Y el de Vox se demuestra, como ya sucedió en las generales del 2019, que es un voto de extremos, capaz de conseguir los porcentajes más altos en el barrio con más renta de la ciudad (Pedralbes, 17,7%) y en uno de los más empobrecidos (Torre Baró, 18,5%).
La baja participación ha sido otra de las protagonistas de estas elecciones pandémicas. En el área metropolitana los municipios que reunieron a un mayor número de votantes, entre un 65 y un 69%, fueron Sant Cugat, Tiana y Sant Just. En Barcelona, la Vila Olímpica alcanzó una participación del 73,7% y la Marina del Prat Vermell tuvo el registro más pobre, solo un 27,5%.
BARCELONA
Los socialistas se erigen como la candidatura más votada en 46 de los 73 barrios de la capital