La jugada de Sánchez

Salvador Illa dijo a Pedro Sánchez en la noche electoral: “Esta victoria es tuya, presidente”. Y no fue un recurso protocolario. Sánchez apostó por su ministro de Sanidad para ganar las elecciones en Catalunya cuando las encuestas no eran favorables al PSC. Y le pidió a Iván Redondo, que es su maestro en ajedrez electoral, que se implicara en la campaña. Lo que dice Walter Tevis en su novela Gambito de dama, llevada a la pantalla por Netflix, vale para Redondo: “Es un superviviente, perder no es una opción para él; si no, qué sería de su vida”. Por cierto, el jefe de gabinete de Presidencia del Gobierno sabe que el gambito de dama es una apertura del ajedrez para obtener ventaja en la primera jugada, aunque haya que sacrificar el peón. Es más o menos lo que hizo, con la complicidad de Miquel Iceta. Y lo cierto es que en el momento en que Illa pasó a ser el candidato cambió la dinámica electoral. El todos contra Illa ha sido clave para empoderar a un hombre que había hecho del respeto al contrario y del sosiego en el discurso su fortaleza.

El presidente del Gobierno se jugaba

El gambito de dama

del presidente en Catalunya no le podía

haber salido mejor

mucho en estas elecciones, así que no dudó en dedicarle tiempo a la campaña catalana. El resultado no le pudo resultar mejor. Illa ha doblado los escaños en el Parlament y ha sido el candidato más votado con el mismo número de diputados que ERC. Pero la posibilidad de que gobiernen los republicanos entra en el escenario de Sánchez, que confía en el pragmatismo que ha demostrado en Madrid el grupo parlamentario que encabeza Gabriel Rufián. En este sentido, Carles Puigdemont ha perdido la mano en la partida por la hegemonía del independentismo tras el nuevo reparto de cartas, sobre todo cuando las dos fuerzas que han gobernado concluyeron la legislatura claramente enfrentadas.

Pero la victoria va más allá del escenario catalán. El PP, con un cabeza de lista moderado como Alejandro Fernández, ha tenido una representación testimonial en el Parlament y eso debilita la posición de Pablo Casado en España tras su viaje al centro. Y no solo eso, sino que el hecho de que los comunes hayan aguantado sus ocho escaños, cuando las encuestas los situaban a la baja, tranquiliza a sus socios de Podemos y refuerza la coalición.

Benny, el amigo de la protagonista de Gambito de dama, le recomienda en un momento de la historia: “La clave es no vacilar. Debes jugar con total confianza. Yo puedo ver si alguien es hábil o no solo por cómo mueve la primera pieza”. La lección hace tiempo que la aprendió Sánchez. Y Redondo.