Cae una red que tramitaba ayudas a falsas víctimas de violencia machista
En el último trimestre del 2018 se incrementaron muy significativa las denuncias de violencia de género en la zona del poniente de Almería. Esa tendencia al alza se mantuvo en el 2019, cuando las autoridades se pusieron a investigar qué podía haber detrás de ese llamativo aumento. Y encontraron un patrón común entre la mayoría de casos: la agresión se producía en un lugar público, con testigos, en horarios de afluencia de personas, la localización de las lesiones era siempre similar y el autor –que avisaba de lo sucedido– reconocía los hechos.
Tras estos supuestos casos de violencia de género se escondía una red criminal que captaba a mujeres inmigrantes en situación irregular para tramitarles permisos de residencia y rentas haciéndolas pasar por víctimas del machismo, a cambio de 4.500 euros.
La Guardia Civil, en el marco de la operación Sin Flow ha detenido en Vícar, Roquetas de Mar, El Ejido y Adra (Almería) a 22 personas como presuntos autores de los delitos continuados de denuncia falsa y simulación de delito y delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, e investigado a otras 23.
La red desarticulada con una estructura sólida en Almería, donde captaba a las inmigrantes, valiéndose de su situación irregular para acercarse a ellas. Si pagaban 4.500 euros tendría el permiso de residencia y el acceso a las ayudas económicas establecidas para las víctimas de violencia de género. De esa cantidad, unos 1.500 o 2.000 euros iban a parar al varón que se prestase a ser el agresor: todos ellos con múltiples antecedentes policiales y consumidores de sustancias estupefacientes.
Los numerosos casos que conformaban el aumento de denuncias seguía un patrón común, además de la víctima inmigrante y agresor con antecedentes. Por un lado, el desconocimiento mutuo entre la pareja sentimental: la pareja solo conocía el nombre y el número de teléfono de la otra persona, ignorando su domicilio, oficio, lugar de trabajo, gustos, aficiones, o familiares, según informa la Guardia Civil.
Por otro, los autores y víctimas siempre manifestaban ser novios, no matrimonio, sin convivencia y con una relación de entre cuatro y seis meses de duración. Además, llamó la atención de los investigadores que un gran número de los autores no residían ni tenían vinculación con la provincia de Almería, sino que eran procedentes de Hellín (Albacete), desde donde los trasladaba la mafia para cometer la simulación.
Una vez en la zona, la red elegía siempre un lugar concurrido “bien en la vía pública o bien en el interior de un establecimiento de hostelería” para cometer la agresión, que solían producir lesiones leves, hematomas pequeños y algún arañazo en ambos brazos. Tras ello, llamaba a la Guardia Civil de la zona, quien a su llegada se encontraba con un agresor que reconocía los hechos al instante “de forma expresa y sin dubitaciones”.