Nadal ya no se acuerda de su espalda
Hace diez días, mientras se disputaba la Copa ATP, Rafael Nadal, sentado en la grada, decía:
–Ya veremos.
Y seguía aplaudiendo a sus compañeros, Bautista, Carreño y los doblistas, que, huérfanos de su líder, acabarían cediendo en semifinales ante los italianos.
Cuando hablaba del ya veremos, Rafael Nadal se refería a sus problemas de espalda, un dolor agudo en los lumbares que le estaba impidiendo ponerse en movimiento, mala cosa cuando hay que golpearle a la pelota durante tres horas.
Avanzaba la Copa ATP, se perfilaba la figura del Open de Australia, y Nadal repetía:
–Ya veremos.
(...)
Esta ya es otra historia. En Melbourne, hay en pie ocho hombres en el cuadro masculino.
De todos ellos, el más solvente ahora mismo es Rafael Nadal.
“Es normal que mi nivel haya sido superior: he podido entrenarme dos días seguidos”, dijo Nadal ayer. Lo hizo tras arrollar a Fabio Fognini (6-3, 6-4 y 6-2), jugón del tenis italiano, tenista de triquiñuelas y juegos de manos que en más de una ocasión –hasta cuatro veces– había sorprendido al propio Nadal, igual que hace unos días enredaba a Carreño en la Copa ATP.
Historias del pasado no escriben el futuro, pero Nadal no olvida.
Nos vamos al US Open del 2015. Estamos en la tercera ronda y Nadal galopa sobre Fognini. Se ha apuntado los dos primeros sets. Parece haber encarrilado el partido. Pero el italiano le enreda.
Le da la vuelta a la tortilla y se convierte en uno de los dos únicos tenistas que le han remontado dos sets al balear al mejor de cinco.
Ayer, en Melbourne, Nadal –jugador con memoria: aún analiza partidos de hace un lustro– cortó toda revolución. Se apuntó el primer set y luego elevó el nivel, rompiendo al italiano al inicio de la segunda manga, hasta el final. Luego metió la pata.
Le dijo a la prensa: “¿Es oficial que Berrettini se ha retirado?”. No lo era aún.
“Creo que la he liado”, añadió, poco antes de que la organización comunicara definitivamente la lesión del italiano, con una elongación en los abdominales.
Su adiós abrió paso a Stefanos Tsitsipás, que se plantó en cuartos sin tener que saltar a la pista: Nadal y el griego se medirán mañana.
“Berrettini ha sido prudente –dijo Nadal–. Recuerdo mi experiencia en el US Open 2009. Me presenté al partido ante Del Potro con una elongación abdominal de seis milímetros. Cuando perdí, la elongación era de 26 milímetros. Jugar no había sido inteligente”.
“¿Mis lumbares? Ya me entreno dos días seguidos”, dice el balear tras arrollar a Fognini; le espera Tsitsipás