El Eurogrupo debate el fin de las subvenciones a las empresas
Calviño prevé aprobar nuevas ayudas directas en marzo
Es una carrera entre inyecciones e infecciones que Europa necesita ganar, y de cuyo resultado dependerá no solo la salud, sino también la economía. La frase pertenece al comisario de Economía, Paolo Gentiloni, e ilustra la dependencia del proceso de vacunación, variantes incluidas. Por algo en el Eurogrupo de ayer intervinieron expertos de la OMS para ilustrar a los ministros de Economía.
Mientras se desarrolla esta carrera, los ministros empezaron ayer a debatir en qué momento deberán empezarse a retirar las ayudas que han evitado y siguen evitando la quiebra de empresas. Se trata de fijar los criterios para identificar a las empresas viables, aunque penalizadas por un endeudamiento causado por la crisis, y a las que han dejado de serlo. Un ejercicio que todo el mundo reconoce extremadamente difícil, y del cual ayer solo se dieron los primeros pasos.
“Para evitar un fuerte aumento de las insolvencias, será crucial manejar con mucho cuidado la retirada de las medidas públicas de apoyo”, dijo el comisario de Economía, Paolo Gentiloni. Lo que significa, de entrada, pasar de forma gradual del actual enfoque global a acciones de apoyo más focalizadas que distingan entre empresas viables y no viables. “No será fácil, pero será importante para facilitar un crecimiento sostenible”, añadió Gentiloni. Y en segundo lugar, habrá que asegurar una retirada ordenada para las empresas consideradas inviables.
Nadie está planteando aún una fecha de retirada de estas medidas. Hay consenso en conservar los apoyos mientras dure la incertidumbre y la situación sanitaria no permita levantar los confinamientos que mantienen obturada la actividad económica. Pero fuentes del Eurogrupo subrayan que puede ser tan peligroso suprimir prematuramente los apoyos como prolongarlos más de lo necesario, con lo que se mantendrían artificialmente en pie empresas no viables .
El debate va paralelo con el de mantener congeladas las reglas del pacto de estabilidad. La cláusula de escape general seguirá hasta finales de este año, pero está por decidir si se prolonga también en el 2022. Todo dependerá en buena parte del panorama que presenten las previsiones económicas de mayo de la Comisión Europea. Serán la base sobre la que se debería decidirse a partir de qué momento y a qué ritmo se retorna a la ortodoxia fiscal. Este año, como mínimo, sigue la barra libre.
Las previsiones que Bruselas publicó la semana pasada veían “luz al final del túnel”, pero pasando primero por un duro invierno y siempre condicionados a una evolución positiva del control de la covid.
Ayer, antes de participar en el Eurogrupo virtual, la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, anunció que prevé aprobar en marzo nuevas ayudas directas para evitar el cierre de empresas. “El Gobierno de España está trabajando con el Banco de España y el sector financiero en un nuevo paquete de ayudas directas que puedan permitir aliviar la carga financiera de las empresas viables. Esperamos que a lo largo del mes de marzo se pueda aprobar este nuevo paquete de ayudas”.
Estas nuevas medidas se englobarán en el marco temporal de ayudas de Estado que la Comisión Europea ha adoptado y que ha supuesto prolongar hasta final de año el período de flexibilización de estas subvenciones públicas. En este apartado, se pueden incluir quitas y otros instrumentos financieros, como préstamos participativos para apoyar a la solvencia de las empresas, según indicó Calviño. “Estamos en el proceso de aprobar un nuevo marco más amplio que puede dar un catálogo mayor y una mayor magnitud en la ayuda al tejido productivo”, dijo la vicepresidenta económica.
“Para evitar un aumento de las insolvencias, hay que manejar con cuidado la retirada de las medidas”