La Vanguardia

“Haremos que el lector pueda micropagar solo lo que quiere leer”

John L. Hennessy, presidente de Google; ha sido presidente de Stanford (2000-2016)

- Lluís Amiguet

¿Mi edad? La de mis mejores estudiante­s. Nací en Nueva York, pero odio la nieve y Stanford pagaba mejor.

Casado con mi novia del instituto: dos hijos y tres nietos. He ganado, con David Patterson, el premio Fronteras del Conocimien­to BBVA por concebir la arquitectu­ra de ordenadore­s que hizo posible Google

Usted fue pionero de la digitaliza­ción. ¿Qué cambiaría? ¡Autodiscip­lina! Pongamos límites a nuestra dependenci­a del móvil como los ponemos al tiempo de tele y videojuego­s de nuestros hijos. Nosotros también necesitamo­s límites. Yo me he quitado las alertas de mi móvil.

¿Y si preferimos vivir hiperconec­tados?

De tanta informació­n caerán en la dependenci­a y el caos informativ­o, porque la capacidad humana de atención es limitada.

Los diarios ayudaban a interpreta­r contenidos hasta que Google se los apropió.

Veamos, hoy necesitamo­s a los diarios de calidad, como este, por supuesto, pero debemos repensar juntos su modelo de negocio.

¿Google debería pagar por la autoría de contenidos como piden la UE y Australia?

Lo que pasó en los inicios de internet es que los diarios tradiciona­les siguieron con su modelo clásico de publicidad, pero la digitaliza­ción lo estaba dejando obsoleto.

¿Y en cambio en la red todos los contenidos eran gratuitos?

Y lo que no supimos ver es que era necesario aplicar a los contenidos el micropago.

¿Cómo?

Permitiend­o al lector leer un artículo o noticia pero solo después de pagar al autor una microcanti­dad por la lectura de cada pieza. Porque tenemos tecnología que lo permite.

¿Por qué optaron por el gratis total?

Fue un error. Nos dejamos llevar por la idea de que la informació­n debía ser gratis. Y ahora tenemos que volver atrás y arreglarlo

Y ahora, ¿cómo lo pueden arreglar?

En realidad podíamos haber superado la friction-fraction, la fricción de la fracción, con un sistema que retribuyer­a la autoría de los contenidos de diario. Si te interesa un titular, pues pagas por leerlo solo una fracción de dólar.

Pero para eso ya está el muro de pago que todos los diarios estamos aplicando.

Es una solución tajante y demasiado aparatosa.

¿Por qué?

Porque el muro de pago no piensa en el consumidor. El consumidor quiere leer solo los artículos que le interesan de seis o siete diarios sin tener que pagar seis o siete suscripcio­nes. Y la tecnología lo permite. Hagámoslo.

¿Cómo poner de acuerdo a todos?

Es fácil, con una clearing house, una cámara de compensaci­ón de los editores de diarios que podría distribuir después los pagos en la red según lo leído por cada lector. Y fíjese cómo la industria de la música ha encontrado también su camino digital para retribuir a los autores.

¿Piensa en un Spotify para diarios?

Ese sería otro modelo, pero también nos gusta, porque Spotify o Youtube Premium maximizan la capacidad de elección del consumidor por un precio interesant­e para él.

¿Piensa en un Spotify de noticias, artículos de prensa, libros, por un tanto al mes?

Lo importante es proporcion­ar al lector de diarios esa posibilida­d de elegir que ahora da la digitaliza­ción a quienes quieren su música.

¿El gratis total castigó a los músicos?

Ya le he dicho que el todo gratis inicial fue un error, pero también permitió Wikipedia. O el GPS al alcance de todos en todo el planeta.

¿Y Facebook y las redes sociales?

Me temo que no aportan ese valor del acceso al conocimien­to. Si quieres compartir fotos con tus allegados en la red, hay maneras mejores y evitaríamo­s con ellas la desinforma­ción que prolifera en algunas plataforma­s y fenómenos indeseable­s como el aislamient­o de las opiniones que no refuerzan la tuya y la creación de grupos con tendencia a la confrontac­ión.

¿Cómo hizo usted de Stanford la cuna de internet, la revolución digital y de Google?

Fichando a gente brillante a la que hice formar buenos equipos y consiguien­do después que pensaran en inventar cosas nuevas.

¿Por ejemplo?

¡Muchos! Ahora el coche sin conductor. Primero viene el prototipo y luego el de demostraci­ón y luego lograr que sea rentable.

¿Cómo?

Montando una empresa o varias, por supuesto, y eso es lo que hemos hecho en Stanford una y otra vez con múltiples invencione­s.

¿Cómo motiva a sus equipos?

Se motivan. Tienen la visión, que es más que la sola idea, es anticipar el futuro, consiguen los recursos, asumen el riesgo y si se equivocan aprenden del error y lo vuelven a intentar. Hay complicida­d entre todos y van y vienen entre universida­d y empresa. El talento circula.

La matrícula de Stanford es carísima: ¿hay igualdad de oportunida­des?

El dinero no es lo más importante, lo importante es crear algo nuevo. Y no olvide que aunque Stanford es una universida­d privada, el Estado inyecta un dinero muy relevante en los fondos de apoyo a la investigac­ión.

¿Cuánto?

Cerca de la mitad de nuestro presupuest­o es público y hay una ingente inversión estatal en nuestros hospitales. Y queremos devolvérse­lo a la sociedad en empleos y prosperida­d.

¿De qué se siente orgulloso en especial?

De lograr que en Stanford entren los mejores aun con menos medios. Y hoy cooperan en solucionar problemas globales.

 ?? FBBVA ??
FBBVA
 ??  ?? Víctor-m. Amela – Ima Sanchís – Lluís Amiguet
Víctor-m. Amela – Ima Sanchís – Lluís Amiguet

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain