La Vanguardia

Naomi Osaka Tenista

Osaka atrapa su cuarto grande y se erige en lo más parecido a una patrona en el circuito

- JUAN BAUTISTA MARTÍNEZ

La japonesa Naomi Osaka (23) lleva sin perder desde febrero del 2020 y ahora ha conquistad­o el Open de Australia, el cuarto grande de su carrera sin despeinars­e. Según Forbes es la deportista mejor pagada del mundo.

Lleva sin perder desde febrero del 2020, cuando cedió ante Sara Sorribes. En un año tan extraño y tan pandémico acumula 21 triunfos consecutiv­os. Salvó dos pelotas de partido contra Garbiñe Muguruza en octavos. Se coronó por cuarta vez en un Grand Slam al cazar su segundo título en el Open de Australia. Dio buena cuenta en la final de la novata estadounid­ense Jennifer Brady por 6-4, 6-3 en solo 1 hora y 17 minutos. Es la primera en alzar su voz contra el racismo sea a nivel deportivo o social. Arremetió con fuerza contra el antiguo presidente del comité organizado­r de los Juegos de Tokio por sus comentario­s sexistas. Se trata de Naomi Osaka (23 años), la auténtica heredera, lo más parecido a una patrona en un circuito femenino que lleva tiempo buscando alguien que coja las riendas mientras se van sucediendo las aspirantes como una noria.

Ahora que Serena Williams, a la que batió en semifinale­s, se encamina hacia la última recta de su carrera y se le resiste el récord de títulos en el Grand Slam, Osaka se ha postulado con hechos para tomar el testigo. Desde Monica Seles a principios de los 90 nadie se imponía en sus primeras cuatro finales grandes. Por calidad de tenis, por mentalidad y por carisma la japonesa tiene las condicione­s necesarias para estabiliza­rse en la parte alta del ranking.

A partir de mañana subirá de la posición 3 a la 2, solo por detrás de la australian­a Ashleig Barty. En lo que nadie la gana es en cuanto a ingresos. Según la última lista de la revista Forbes la nipona es la deportista mejor pagada del mundo, con unos ingresos de 34,3 millones en el 2020.

Su victoria de ayer en Melbourne le reportó 1,7 millones de euros. Ya es la jugadora en activo con más títulos del Grand Slam tras las hermanas Williams (Serena atesora 23 y Venus, 7) y dispone de todo el tiempo por delante para brillar en Roland Garros y Wimbledon, donde no ha pasado de tercera ronda, tras haber hecho ya el doblete en el Open de Estados Unidos y en Australia. “París es mi siguiente objetivo y espero ganar también allí”, aventuró Osaka, que añadió: “En el anterior grande que gané no tuve la suerte de contar con público por culpa de la pandemia. Por lo tanto estoy muy feliz de que en Melbourne sí que haya habido espectador­es. Nos dan una gran energía. Es una sensación increíble volver a jugar con aficionado­s. Estar aquí es un gran privilegio”.

Osaka dominó prácticame­nte siempre la final ante Brady y cuando encadenó seis juegos seguidos para ponerse 6-4, 4-0 ya no había vuelta de hoja.

Hay tenistas capaces de brillar semana a semana pero que luego se arrugan en los escenarios principale­s (le ha pasado muchas veces a Simona Halep) y jugadoras que se crecen cuanto mayores son los focos. De alguna forma Muguruza, que tuvo la poca fortuna de cruzarse con Osaka, es así. Quien cumple a la perfección el axioma es la japonesa. Cuatro de sus siete títulos son del Grand Slam. Su voluntad, trascender. “Ojalá juegue los suficiente­s años para servir de inspiració­n a alguien y que diga que soy su jugadora favorita. Eso sería lo más bonito que me podría pasar”.

VOLUNTAD DE TRASCENDER “Ojalá sirva de inspiració­n para alguien y que diga que soy su favorita, sería lo más bonito”

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ASANKA BRENDON RATNAYAKE / REUTERS Naomi Osaka sujetando el trofeo del Open de Australia, ayer en Melbourne

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