Choque entre Generalitat y Renfe por la lanzadera a El Prat
El plan de Rodalies apuesta por integrar el nuevo ramal del aeropuerto en una línea existente
La gestión del futuro tren al aeropuerto se ha convertido en la principal discrepancia entre la Generalitat y el Ministerio de Transportes. El Gobierno catalán tiene las competencias para decidir el operador que presta el nuevo servicio ferroviario y quiere que sea Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) con un servicio exprés entre Barcelona y El Prat. El ministerio, por su parte, ha elaborado el nuevo plan de Rodalies para mejorar el servicio de manera global y en ese documento se trabaja con la intención de integrar el nuevo ramal en construcción como extensión de alguna de las líneas ya existentes operadas por Renfe.
Hasta ahora, ambas compañías públicas se habían limitado a defender el servicio que podrían prestar y la frecuencia con la que pasarían los trenes, pero el coordinador del plan de Rodalies, Pere Macías, lo elevó ayer a un nivel superior al incorporar el elemento central: la capacidad de la infraestructura. “Más allá de quién preste el servicio, la lanzadera es una mala configuración porque un servicio exclusivo complica las cosas y hace perder capacidad”, aseguró durante una presentación del plan de Rodalies en Foment del Treball. Para el encargado de dibujar y priorizar las principales mejoras de la red ferroviaria catalana, “ya hay un embudo en los túneles de Barcelona y poner una lanzadera es hacer que el embudo funcione con mayor dificultad”.
La tensión a la que se puede someter la infraestructura lleva siendo alertada por los expertos en la materia desde que se empezó a hablar de la posibilidad de incorporar un tren lanzadera. “Hipoteca la capacidad de los túneles ferroviarios en lugar de mejorar el servicio al máximo de población posible”, apuntan desde la asociación por la promoción del transporte público (PTP), que considera el nuevo ramal precisamente como una oportunidad para integrarlo en la red de Rodalies actual y así descongestionar un poco el servicio a la vez que se incorpora la nueva oferta al aeropuerto. En ese sentido, el presidente de Renfe, Isaías Táboas, puso de relieve ayer que la opción de prolongar una línea hasta el aeropuerto en lugar de limitarse a un tren lanzadera, ya sea la R2 del Maresme o la R4 del Vallès, “permitiría dar servicio a más viajeros”.
Por todo ello, para Pere Macías, la idea de la Generalitat de ofrecer un servicio que se limite a ir del centro de Barcelona a la terminal 1 de El Prat es una “pésima decisión”. Su contundente opinión cayó como un jarro de agua fría en el Departament de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat, donde el propio Macías fue conseller de Política Territorial y Obras Públicas hace veinte años.
Todo este debate se produce mientras están pendientes de adjudicación por parte del administrador de infraestructuras ferroviarias (Adif) la segunda y última fase de las obras por valor de 73 millones de euros. La tuneladora ya finalizó su trabajo hace casi dos años y desde entonces el proyecto se encuentra paralizado, por lo que ya hay quien empieza a ver fantasmas en el retraso y lo atribuye a la diferencia de pareceres entre Generalitat y Gobierno. Cuando se retome la faena, se hará el montaje de las vías y la superestructura, así como la arquitectura de las nuevas estaciones en las terminales 1 y 2. Se prevén dos años de trabajos. Para entonces, ya debería estar resuelto el debate sobre la gestión.
CONTUNDENCIA POCO HABITUAL
Pere Macías califica de “pésima decisión” la propuesta de un servicio exprés
AÚN FALTAN LAS VÍAS
La fase final de las obras, iniciadas en el 2015, está pendiente de adjudicar tras dos años paradas