La Vanguardia

Los tiros al pie del equipo de Koeman

- Carles Ruipérez

Clément Lenglet abandonó el domingo el Camp Nou en su coche visiblemen­te abatido. Hacía muy poco que el central había cometido el penalti que le había costado dos puntos al Barcelona en el minuto 89. Otro error no forzado de esta temporada que al equipo le sale muy caro. El equipo de Koeman lleva todo el curso disparándo­se al pie. Es una constante que los barcelonis­tas reciban goles que son más atribuible­s a fallos de concentrac­ión suyos que a aciertos del rival. La derrota en Getafe se debió a un penalti inocente de De Jong. En

Vitoria el Barça solo pudo empatar después de un error con el pie de Neto. Lenglet no midió bien y cometió un penalti tan riguroso como innecesari­o a Ramos que permitió al Madrid ponerse 1-2 en el clásico. Contra el Atlético, al filo del descanso, fue Ter Stegen quien se precipitó en la salida ante Carrasco. En Cádiz, entre Alba y Lenglet (y Ter Stegen) se hicieron un lío en un saque de banda que acabó con el gol de Negredo a puerta vacía.

El 0-3 contra el Juventus no estuvo exento de fallos individual­es. En el primer gol, Lenglet y Araújo marcan a Cristiano y dejan solo a Mckennie. El último tanto bianconero fue de penalti por manos de Lenglet. La lista sigue. En cada tropiezo hay un error que impide progresar. Araújo regaló el balón a Kike para que el Eibar se adelantase en el Camp Nou. En la final de la Supercopa el equipo estuvo blando defendiend­o la falta en el 90. Umtiti quedó retratado en los dos primeros goles del Granada y del Sevilla en la Copa. Y Lenglet, emparejado con Marquinhos, dejó a Kean entrar solo en el 1-3 del PSG. Un museo de los horrores.

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