Justinmind, la revolución silenciosa
Dos ingenieros de telecomunicaciones que se conocen desde la infancia decidieron emprender en una empresa tecnológica. Tras una serie de fracasos crearon Justinmind, con oficinas en Barcelona y en San Francisco, California, desde 2012. Hoy tiene dos millones de usuarios, clientes en más de 180 países y están a punto de lanzar una nueva propuesta de realidad extendida. Lo han conseguido a pulso, sin presencia en los medios -no han enviado ni una nota de prensa en todos estos años- y con poca financiación externa, en este caso de ”lacaixa” Capital Risk y Acció.
Justinmind es un software que utiliza “básicamente diseñadores de aplicaciones. Sirve para hacer una simulación, un prototipo, antes de realizar el producto definitivo. De esta forma pueden mostrarlo, validar si es una buena idea. Es muy útil para proyectos complejos donde hay mucha gente involucrada”, resume Xavier Renom, fundador de Justinmind junto a Pablo González. “Nuestro objetivo es la democratización del diseño de cualquier tipo de aplicación informática, para que sea muy sencillo prototipar y validar programas informáticos complejos incluso sin ser ingenieros de software, ya que nuestra plataforma es completamente no-code o code-free, es decir que no se necesita conocer ningún lenguaje de programación para usarla”, añade.
Los dos fundadores estudiaron Ingeniería de Telecomunicaciones en la Universitat Politècnica de Catalunya y consiguieron la primera financiación a través del programa Innova, que aportaba 100.000 euros del Centro de Innovación y Desarrollo Empresarial de la Generalitat (Cidem) por cada empresa de base tecnológica surgida de la universidad. Era el año 2004. “La condición es que nosotros teníamos que conseguir otros 100.000 euros de familiares y conocidos”, recuerda Renom. Ahí surgió Justinmind. Pero antes habían dado muchas vueltas a otros proyectos que no funcionaron. “Intentamos crear un marketplace de ideas, lo que hoy se conoce como open innovation, antes de que se inventara el concepto. La idea era que las empresas que tenían necesidades las publicaran en una plataforma para contactar con tecnólogos e investigadores que podían resolverlas”, explica Renom. “No funcionó porque en España casi no hay innovación y fue como gritar en el desierto. Curiosamente, al cabo de unos años uno de nuestros clientes más grandes utilizó Justinmind para un proyecto de open innovation”. También se aventuraron con una propuesta para gestionar la innovación en las empresas y no acabó de arrancar por lo mismo: “Hay pocas empresas tecnológicas en España y que innoven, menos”, añade el emprendedor.
El clic hacia el éxito
Hasta que dieron con la idea. “Empezamos a hacer productos a medida y descubrimos que era importante, y un problema a resolver, comunicar y explicar cómo tiene que funcionar una aplicación informática. Es como crear una silla, si te la explico en palabras es difícil que a ti te llegue lo que yo tengo en la cabeza. Con la informática pasa igual, necesitas imágenes, pantallas y ver cómo funcionará la lógica del negocio. La mejor manera de hacerlo es con una herramien
“Queremos democratizar el diseño de cualquier tipo de aplicación informática, para que sea muy sencillo prototipar y validar programas informáticos complejos incluso sin ser ingenieros de ‘software’”
ta para crear maquetas funcionales, como una aplicación informática que parece real y que puedes validar”. Vieron que la propuesta interesaba y empezaron a trabajar para compañías españolas, especialmente en el sector de la banca. Pero los clientes más importantes llegaban de EE.UU., como el IRS (Internal Revenue Service), equivalente a la Agencia Tributaria de España, y en 2012 decidieron abrir una oficina, primero en San Francisco y luego en Oregón. Desde entonces, varias agencias gubernamentales estadounidenses, las universidades de Berkeley y Stanford, además de multinacionales como Hewlett Packard, CISCO, Paypal, Oracle, Dell o Microsoft utilizan Justindmind. De hecho, Onedrive de Microsoft se diseñó con esta solución y Adobe también la ha utilizado. “Nuestro modelo de negocio se basa en la suscripción por uso, anual o mensual, aunque también existe una versión gratuita. No vendemos la solución ni trabajamos para nadie, tampoco somos una consultora”, recuerda Renom.
Este año, Justinmind también han recibido en EE. UU. el premio a la mejor herramienta de colaboración gracias a que dispone de trabajo colaborativo en equipo en tiempo real, lo que facilita el trabajo con equipos distribuidos remotos. Algo especialmente útil en la situación actual de teletrabajo debido a la covid-19.