No se puede aguantar
Pues entre los damnificados por los cierres coronavíricos habría que contar mis riñones. –Querrás decir tu vejiga. –También.
Algunas personas tienen más necesidad de visitar el tocador, como finamente se llamaba antes al baño de señoras, que otras. Esa es una cuestión que nadie ha tenido en cuenta en los lugares donde han cerrado a la vez los grandes y medios almacenes y la restauración. Hay cosas que no se hablan, o que se convierten en tocador donde empolvarse la nariz (¿qué se empolvaban los hombres, o no tenían tocadores ellos?) o en restrooms, literalmente “habitación de descanso”, y sí, es un descanso encontrarlas cuando una/o las necesita sin remedio.
Pues eso, encontrarlas es complicado y en algunos momentos agonizante. Lo habitual en estos casos es: 1) entrar en unos almacenes; 2) ir a un bar, te pides un agua, o un gin-tonic, y de paso visitas los servicios. Luego te marchas más contenta/o que unas pascuas, y no solo por el desahogo. Lo de los almacenes es casi mejor, porque no has de desembolsar nada, entras, das una vuelta por la zona de perfumes si te lo puedes permitir a esas alturas y ya está. Pero ¿qué haces en una situación como las que aún se viven en algunos lugares? Y ya sabemos que aguantarse las ganas es muy malo para los riñones. Y la vejiga.
Las tiendas pequeñas, si es que están abiertas, no son una solución, no vas a entrar y llevarte una lavadora porque ese día te hayas tomado un par de cervezas (en casa). Lo mismo sirve para la restauración, no vas a encargar una paella en el bar de la esquina porque no te puedes aguantar, antes de que se cueza el arroz ya habrás buscado una farola. Y pedir por favor que nos dejen entrar aunque luego les paguemos una fumigación que deje un agujero permanente en la capa de ozono no sale a cuenta. Ni aceptarían, lo sé, créanme, tengo experiencia. Baños públicos en las calles, los justos.
En realidad, lo único que puedes hacer es quedarte en casa, y van dos kilos y subiendo. O que nos portemos todos bien y no tenga que haber restricciones. Por muchos motivos, incluido este.
No vas a encargar una paella para que te dejen entrar al lavabo