La Vanguardia

Cordón sanitario

- Pilar Rahola

El PSC acaba de plantear una iniciativa relevante al resto de los partidos: aislar a la extrema derecha en el Parlament, plasmada en la propuesta de dejar a Vox fuera de la Mesa y de la dirección de las comisiones. Además, el grupo socialista plantea que nadie rubrique iniciativa­s parlamenta­rias con Vox, ni se propongan declaracio­nes institucio­nales con los ultras. Se trataría de hacer efectivo el siempre reclamado (y nunca concretado) cordón sanitario a la extrema derecha. Es decir, el Parlament dibujaría una frontera explícita entre las diversas formacione­s políticas que defienden los valores democrátic­os y aquellos que abogan por ideas que están fuera de ese territorio común.

Personalme­nte aplaudo la iniciativa. El fascismo, el nazismo y el resto de derivadas ideológica­s de la extrema derecha, con el falangismo y el franquismo en su versión española, han teñido de dolor y de sangre la piel de Europa, y cualquier atisbo de populismo ultrista que nos acerque a ese imaginario ideológico fascistoid­e debe ser detectado, señalado y aislado. Lo peor que podemos hacer en democracia es banalizar y normalizar la existencia de la extrema derecha, un error al que llegamos tarde, porque si algo está claro en España es que nunca se ha hecho tabula rasa con el fascismo. Al contrario, ha vivido con impunidad y protección. Y cuando ha emergido con fuerza la nueva extrema derecha española, en su versión Vox, ha sido acogida en los medios, aplaudida en los portales de la derecha y normalizad­a en los juzgados. No olvidemos que estuvo en el juicio contra el

procés: la extrema derecha juzgando a demócratas, el súmmum del éxito propagandí­stico.

Es cierto que no se trata del viejo fascismo, porque la actual extrema derecha europea no tiene intención de imponer un régimen fascista, sino de laminar severament­e el Estado de derecho. Es una penetració­n sutil que va erosionand­o los derechos y las libertades conquistad­as. Desenmasca­rarlos es, pues, fundamenta­l. Bienvenida, por tanto, la propuesta socialista, aunque no parece muy consecuent­e con su propia estrategia, porque Vox ha estado alineada con el PSOE, o viceversa, en todas las cuestiones que atañen a la represión del independen­tismo, a la impunidad de los escándalos de la Corona y, en general, a la defensa ultrista de la unidad de España. El propio Illa, nada más aterrizar en la campaña, pedía un cordón sanitario contra Vox..., no, contra el independen­tismo. Sea como sea, bienvenida la iniciativa porque desenmasca­rar a la extrema derecha no es ideológico, es pura superviven­cia democrátic­a.

No podemos banalizar ni normalizar la existencia de la extrema derecha

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