La recogida de colillas cuesta entre 12 y 21 euros cada año al ciudadano
El coste de la recogida de las colillas y su gestión es asumido íntegramente por las administraciones públicas, pese a que, en sentido estricto, la responsabilidad de este desecho es del productor y del fumador. Se estima que los municipios catalanes afrontan cada año costes de limpieza viaria de las colillas que oscilan entre los 12 y 21 euros por habitante al año, si bien los costes más elevados se dan en los municipios costeros. A estos costes hay que añadir, entre otros, los derivados de la limpieza de alcantarillado y las plantas de tratamiento de agua, donde también se acumulan. Así o indica un informe de la fundación Rezero dedicada a la prevención de los residuos.
Las colillas generan más de 2.700 toneladas de residuos anuales en Catalunya y se estima que globalmente el 70% de los cigarrillos que se fuman acaban en el suelo o en espacios naturales. Las colillas representan entre el 30-40% de la basura que acaba dispersa en municipios.
Recoger las colillas de la vía pública y de las playas es una tarea difícil y laboriosa puesto que los servicios de limpieza viaria no tienen métodos adecuados para ello.
Ante el cúmulo de problemas, la fundación Rezero juzga imprescindible extender la responsabilidad a los fabricantes de cigarrillos, en la línea que preconiza la directiva del año 2019 relativa a la reducción del impacto de los plásticos de un solo uso. De esta manera el fabricante se haría responsable de la gestión y los costes de los residuos de los productos que pone en el mercado.
Una vez las colillas terminan al medio ambiente, pueden ocasionar graves impactos ambientales debido al uso de plástico (acetato de celulosa) no biodegradable en los filtros, que pueden acabar generando microplásticos. Otro problema son las grandes cantidades de compuestos tóxicos resultantes de la combustión del tabaco que se acumulan en los filtros y que, con el paso del tiempo, terminan transfiriendo al suelo o agua. Ante el fracaso de las otras soluciones (campañas de concienciación, distribución de ceniceros portátiles o instalación de receptáculos para depositar las colillas...) Rezero propone implantar un sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR). “Este puede ser un instrumento clave para ampliar la responsabilidad del productor y asegurar que los productores asuman los costes de la recogida (infraestructuras y logística) y de tratamiento de las colillas, así como la limpieza del entorno”, indica. “Así se reduciría drásticamente su abandono y se lograría la recogida selectiva de las colillas para su tratamiento y valorización material”, añade la fundación.