El puerto de Barcelona gana 17 millones en el 2020 pese a la covid
El puerto de Barcelona cerró el año pasado con unos beneficios de 17 millones de euros pese al impacto de la covid. Ese resultado neto es un 63% inferior al del año pasado pero se consigue después de haber absorbido un impacto por la covid de 34 millones.
Los ingresos del puerto de Barcelona cayeron el año pasado a niveles del 2004 con unas ventas de 139 millones, un 20% menos. “No hemos buscado hacer los mejores resultados económicos de la historia sino la resiliencia”, declaró su presidenta, Mercè Conesa.
El descenso de los ingresos fue consecuencia de la caída del tráfico total, las bonificaciones aplicadas, la reducción de la tasa de actividad y la eliminación del tope mínimo de actividad. En abril y mayo es cuando se notó con más intensidad la caída de mercancías, mientras que en los dos últimos meses del año se dio un incremento. En el conjunto del ejercicio, el tráfico total del puerto fue de 59,5 millones de toneladas, un 11,9% menos. En contenedores la caída fue similar: un 11%. Ese descenso en el tráfico de contenedores contrasta con la evolución registrada en otros puertos como el de Valencia, donde el negocio de contenedores se mantuvo estable. Conesa señaló que esa diferencia se debe, entre otras razones, a que el puerto de Valencia se beneficia del “efecto capitalidad” de Madrid para poder mantener mejor la actividad.
Este año Conesa confía en mejorar el negocio pero declinó hacer previsiones. En la actividad de cruceros, la presidenta del puerto dijo que ya ha comenzado a trabajar con las autoridades en los protocolos para recuperarla lo más rápidamente posible. Pero “es prematuro decir que este año veremos algún crucero”, admitió.
El puerto de Barcelona recordó que el 13 de marzo del 2020 se prohibió el tráfico de pasajeros y en el caso de los cruceros esa medida sigue en vigor. Los ferris pudieron reanudar la actividad a finales de junio. El número de pasajeros cayó un 81%, pasando de 4,6 millones de pasajeros en el 2019 a 858.000 en el 2020. En el caso de los cruceros, la caída fue del 94%.
Durante la presentación, Conesa detalló que el puerto de Barcelona ha mostrado ya su interés en participar en algún proyecto que opte a los fondos de recuperación europeos Next Generation.
En relación con la crisis de Nissan en la Zona Franca, recordó que el puerto ofrece sus instalaciones para contribuir al proceso de “reindustrialización” una vez que la automovilística ha decidido cerrar en Barcelona.
Para este año, las inversiones estarán sobre los 50 millones e incluirán el inicio de las obras de los nuevos accesos ferroviarios.