El presidente reprocha al rey emérito “conductas incívicas”
Sánchez insta a reparar irregularidades y arropa a Felipe VI
Cada vicisitud revelada del rey emérito, desde hace ya demasiado tiempo, provoca crujidos en el palacio de la Zarzuela, pero también en el de la Moncloa, donde se ven obligados a descolgar de nuevo el extintor de incendios para intentar preservar la difícil estabilidad política de las estructuras del Estado. Pedro Sánchez rechazó así ayer de plano “conductas incívicas” como la que evidencia la nueva regularización fiscal acometida por Juan Carlos I, pero desmarcó estas malas prácticas de Felipe VI y de la institución monárquica, sobre los que quiso extender un manto protector.
Sánchez reconoció el “sentimiento de perturbación y de incomodidad” que provocan en el Gobierno estas noticias. “Si alguien ha cometido irregularidades, lo que tiene que hacer es repararlas. Faltaría más”, advirtió. “Siento el mismo rechazo que la mayoría de la ciudadanía española frente a estas conductas incívicas que estamos conociendo”, aseguró.
No obstante, se apresuró a desvincular la actuación del emérito de la Corona y de la figura del jefe del Estado. “Aquí no se está juzgando a instituciones, se cuestiona y se pone en duda el comportamiento de una persona”, resaltó. “El rey Felipe VI ha marcado un antes y un después a favor de la ejemplaridad, la transparencia y el buen uso de los recursos públicos, y el actual jefe del Estado tiene todo mi apoyo”, subrayó.
Sánchez no se pronunció sobre si, en su opinión, el emérito debería regresar a España: “Son decisiones personales que se toman, y yo, como presidente del Gobierno, no entro”. Tampoco valoró que no esté abierto un expediente sancionador contra Juan Carlos I, pero sí defendió la “profesionalidad, independencia y autonomía” de la Agencia Tributaria, cuya labor aseguró que no hay que cuestionar: “En absoluto”.
El vicepresidente segundo del Gobierno y líder de Podemos, Pablo Iglesias, vio, en cambio, justificado que el martes, en el acto con motivo del 40.º aniversario del intento de golpe de Estado del 23-F, no aplaudiera el discurso del Rey en el que resaltó el papel que entonces tuvo su padre para frenar la asonada: “La pregunta no debería ser por qué nosotros no aplaudimos ciertas cosas, sino por qué aplauden los demás”.
También el ministro de Consumo y coordinador de IU, Alberto Garzón, resaltó “la de sorpresas que nos llevamos cada mes con los oscuros –y se ve que también ilegales– movimientos financieros realizados desde la institución que debiera ser la más fiscalizada de toda la democracia, por ser la más protegida y privilegiada: la monarquía”.
En esta ocasión, no obstante, los reproches por la actuación del emérito no llegaron solo desde la izquierda en el Gobierno. El expresidente José María Aznar también lo cuestionó. “¿Cómo se rompen las sociedades? Pues deslegitimando a las instituciones. Y si el que representa a la institución no cree en la institución, ¿por qué van a creer los demás?”, señaló en una entrevista de La Sexta.
El jefe del Ejecutivo defiende la “autonomía, independencia y profesionalidad” de la Agencia Tributaria