Magda Puyo dimite como directora del Institut del Teatre por los casos de acoso
También ha dimitido todo el equipo directivo de la Escola Superior d’art Dramàtic
Terremoto en el Institut del Teatre. El #Metoo en la gran escuela de artes escénicas catalanas se ha acabado llevando por delante a los responsables de la institución. Los casos de acoso sexual y abuso de poder a lo largo de 30 años denunciados el pasado fin de semana por exalumnas de la institución provocaron el lunes que la dirección del Institut apartara de la docencia a Joan Ollé, uno de los grandes nombres del teatro catalán de las últimas décadas, y que abriera una comisión de investigación. Pero esas medidas no han bastado y los estudiantes se han pasado la semana manifestándose y pidiendo la dimisión de la actual dirección del Institut por inacción o silencio ante los casos. Y finalmente la directora general de la institución, Magda Puyo, se vio obligada a dimitir ayer. Más tarde se produjo la dimisión al completo del equipo directivo de la Escola Superior d’art Dramàtic (ESAD), una de las que conforman el Institut y en la que habrían sucedido los casos denunciados.
A partir de ahora se abre un periodo de incertidumbre porque ya se había convocado un concurso para la dirección general del centro educativo que se debía fallar en breve. Un concurso al que se había presentado de nuevo Puyo –que dirige el Institut desde el 2015– y otra profesora, Anna Estrada, a la que una de las alumnas que han denunciado a Ollé acusa, junto a otros responsables de la ESAD, de no haberla ayudado en el 2016 cuando realizó una instancia explicando el acoso que estaba viviendo. La Diputació –frente a la que se manifestaron los estudiantes del Institut el jueves– no puede anular el concurso ya en marcha, pero cabe la posibilidad de que sea declarado desierto y en ese caso se nombraría una dirección interina para el centro hasta que se aclare completamente la extensión de los casos de acoso y abuso.
En su carta de despedida, Puyo, la primera mujer al frente del Institut del Teatre en cien años de historia y que en el 2018 creó un protocolo contra el acoso, pero que no ha podido o sabido cambiar las antiguas inercias de la institución, admite que “no todo lo hemos sabido hacer bien”. “Asumo plenamente mi responsabilidad al no haber sabido encontrar, a pesar de haberlo intentado, las herramientas eficaces para liberar el Institut de comportamientos abusivos y autoritarios. Condeno con toda contundencia estos comportamientos, me solidarizo con las víctimas y pido disculpas a todos aquellos y aquellas alumnas que se hayan sentido olvidadas para nosotros”.
El responsable de Cultura de la Diputació, Joan Carles García Cañizares, quiso ayer condenar enérgicamente lo sucedido estos años –“una situación bestia e intolerable en el siglo XXI en un espacio educativo”–, hechos que atribuye a un sector minoritario del profesorado, aunque reconoce que como se ha visto en las redes estos días hay varios casos y ha explicado que se reunirá la semana próxima directamente con los estudiantes.
“Lo que ha sucedido es absolutamente intolerable. Que las alumnas y los alumnos hayan sufrido acoso y abuso de poder es inadmisible en un espacio educativo como el Institut, donde se ayuda a conocer la profesión de las artes escénicas”, se muestra tajante García Cañizares. Y recuerda que han abierto un espacio para que el alumnado “aporte todas las contribuciones posibles para tener más información”. Y dice que cuando la comisión de investigación “para las denuncias ya realizadas y las que vendrán determine la gravedad de las acciones de algunos profesores, si acaban en el tribunal, lo que es muy probable y posible, incluso penalmente, nos personaremos como acusación particular. No se puede tolerar ningún abuso de poder ni acoso”.
Y concluye que “lo que está claro es que se han hecho cosas mal o no estaríamos aquí”. “Si había un sistema
El concurso para renovar la dirección de la escuela ya estaba convocado, pero podría quedar desierto
consolidado dentro, mal. Si la gente no denunciaba, algo debía suceder. Hay que dar toda la veracidad a las cosas que se están planteando, y si había una sensación de que cualquier denuncia quedaba en nada, hemos de actuar. Aún siendo una mala praxis minoritaria del profesorado, se ha de escuchar a los alumnos y las alumnas porque han callado mucho tiempo y algo no les permitía hablar”, sentencia. Unos alumnos que han convocado una huelga para el lunes aunque ya han conseguido, como pedían, que caiga la dirección del Institut