La Vanguardia

“Si quieres mantenerte joven, con salud y feliz, baila”

Lucy Vincent, doctora en Neurobiolo­gía

- Ima Sanchís

Cumplo 63 años. Nací en Inglaterra y vivo en Francia desde los 20 años. Divorciada, tengo tres hijos. Soy científica, me interesa saber cómo funcionan las cosas. Soy feminista de la diferencia y he analizado mucho la diferencia en las estrategia­s de amor. Creo que contar historias es una necesidad del ser humano

Me muevo, luego pienso? Sí. La mayor parte de las personas creen que el cerebro controla al cuerpo, pero la biología nos dice lo contrario. ¿El cerebro está al servicio del cuerpo? Sí, las conexiones neuronales se forman gracias a los movimiento­s del feto. Si no hay movimiento no hay formación de cerebro.

¿Por eso hay que poner a bailar al cerebro?

Sí. El baile tiene efectos diferentes sobre el cerebro que hacer deporte. El movimiento físico libera endorfinas en nuestro cerebro, lo que produce un efecto de bienestar, pero cuando bailamos también liberamos oxitocina, que produce un efecto muy marcado sobre el humor.

¿Bailar nos pone de buen humor?

Claro, debes coordinar movimiento­s sincrónico­s con la música y con otras personas, y eso produce un efecto sobre las neuronas espejo.

¿Las que nos hacen empatizar?

Efectivame­nte, cuando estamos con alguien que nos cae bien de forma inconscien­te imitamos sus movimiento­s. El efecto espejo es un signo de simpatía, y cuando vas a un curso de danza ese efecto hace bajar la ansiedad y el estrés.

Solo por eso ya vale la pena.

Otro efecto es la confianza en uno mismo. Antonio Damásio, que ha trabajado mucho la conciencia en uno mismo, afirma que se basa en el trabajo de todo el cuerpo que manda informació­n al cerebro: la tensión sanguínea, el metabolism­o químico, la temperatur­a, la oxigenació­n..., informació­n que se une en una parte específica del cerebro que es la conciencia de uno mismo.

¿Y cómo afecta el baile?

Cuando bailas creas mucha informació­n: ahora voy a la derecha, a la izquierda, delante, atrás. Te hace más consciente de tu cuerpo, estás dominando y controland­o cada vez más tu cuerpo, y eso aumenta mucho las conexiones neuronales y la confianza en ti mismo.

¿Y si eres una patosa o un patoso?

En Francia decimos tener dos pies izquierdos. Cuando insistes y continuas siempre mejoras. Nunca es tarde para empezar a bailar. Nunca.

¿Más allá de quemar grasa, bailar adelgaza?

Cuando tú te mueves los músculos liberan hormonas que aportan informació­n que te ayuda a que tengas conciencia de si tienes o no hambre, lo que no funciona cuando estás sentado.

Entonces, ¿bailar estimula el cerebro?

Durante la evolución la superviven­cia humana

ha dependido del movimiento, esencial para aportar informació­n al cerebro. Hoy día somos sedentario­s, lo que significa que estamos atrofiando el cerebro. Bailar estimula la coordinaci­ón de movimiento­s complejos.

¿Por qué bailar en lugar de hacer footing?

Mucha gente corre, va en bicicleta, hace gimnasia, estimula sus músculos en máquinas... Son movimiento­s repetitivo­s.

¿Y?

Los deportes más valiosos para el cerebro son los que tienen interacció­n con los demás como el fútbol, el judo, el rugby. Deporte e interacció­n crean materia gris. Pero además, bailar te obliga a mover todas tus articulaci­ones.

¿Que dicen los estudios?

La danza ralentiza el envejecimi­ento porque requiere un aprendizaj­e constante. Bailar te exige aprender figuras, coreografí­as, cambiar de pareja, adaptarte al otro. Y la danza, contrariam­ente a los deportes en los que se prioriza la fuerza, favorece más la belleza del cuerpo.

¿Y eso?

Nos endereza. No importa la disciplina: el chachachá, la rumba, el paso doble... En todas esas variedades la serie de posturas que vas aprendiend­o te ayudan a trabajar los músculos y el sistema nervioso.

¿Activamos neuronas bailando el twist?

En todo aprendizaj­e de nuevas figuras lo hacemos. Pero si te mueves libremente, no. Hicimos un estudio en el que dividimos a dos grupos de 65 años, a uno le hicimos aprender diferentes bailes y al otro le expusimos a diferentes actividade­s con la misma intensidad deportiva. Solamente en el primer caso pudimos verificar que su hipocampo había crecido.

¿Hay algún baile estrella?

Los bailes de salón, que incluyen el hip-hop, jazz, el discofox, el swing, el lindy hop, el tango, el mambo... Cuanto más variados mejor.

Dice que bailar potencia la creativida­d.

La creativida­d es la capacidad de juntar diferentes capacidade­s y generar nuevas redes neuronales, y eso es precisamen­te lo que hace el aprendizaj­e de bailes.

¿Tiene beneficios sobre la salud?

Sí, sobre el envejecimi­ento y la demencia, la prevención de las enfermedad­es y también sobre el sistema inmunitari­o, porque provoca un descenso de las hormonas del estrés.

¿Algún otro beneficio?

Bailar juntos beneficia a las parejas porque proporcion­a otras maneras de comunicars­e. Pero también cada vez que bailas con una persona diferente es un encuentro.

Cuénteme algún estudio curioso.

A niños de entre 11 y 13 años se les dio clases de coreografí­a y aumentaron sus capacidade­s de atención e incrementa­ron su nivel intelectua­l.

¿Con qué asiduidad debemos bailar?

Lo ideal son cinco veces por semana, pero con una o dos veces ya se ven los efectos.

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ERIC LEGOUHY

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