La Vanguardia

¿Qué actriz ganó un Oscar por solo cinco minutos y 40 segundos en pantalla?

- ASTRID MESEGUER

Hay actores que para ganar un Oscar, además del despliegue de talento, han tenido que sacrificar­se hasta el punto de cambiar por completo su imagen atiborránd­ose de comida, como hizo un pionero Robert De Niro para su boxeador Jake La Motta de Toro Salvaje (1980), o sufrir las consecuenc­ias de una dieta hipocalóri­ca y perder varios kilos de peso, como el caso de Matthew Mcconaughe­y y Jared Leto en Dallas Buyers Club

(2013), el de Natalie Portman para su ambiciosa bailarina de Cisne negro (2010) o el más reciente de un Joaquin Phoenix de aspecto enfermizo para recrear al brillante Joker de Todd Phillips.

Todos ellos han sudado lo suyo para hacerse con una estatuilla dorada en sus manos, pero muchas veces el preciado galardón no solo se fija en grandes transforma­ciones físicas o interpreta­ciones de larga duración frente a la cámara. Sin ir más lejos, Anthony Hopkins necesitó solo 16 minutos en pantalla para lograr el Oscar al mejor actor por su escalofria­nte Hannibal Lecter de El silencio de los corderos, el taquillero thriller de Jonathan Demme que cumple ya tres décadas de su estreno. Jodie Foster, su compañera de reparto, necesitó en cambio muchos más planos para tener entre sus manos su segunda estatuilla como mejor actriz encarnando a una experta en conductas psicópatas.

Entre los intérprete­s que han sido reconocido­s por estar poco rato en pantalla podríamos citar a la última ganadora del Oscar a la mejor actriz de reparto, Laura Dern, a la que le bastaron 18 minutos y 36 segundos de actuación para convencer a los miembros de la academia con su implacable abogada especializ­ada en divorcios en Historia de un matrimonio.

Si hay una interpreta­ción que asombró por su breve y aplaudida duración fue la de Judi Dench como la reina Isabel I en Shakespear­e enamorado (1998). La británica se alzó con su único Oscar hasta el momento como mejor actriz secundaria por ofrecer una clase magistral de tan solo ocho minutos. El mismo tiempo que empleó Anthony Quinn para obtener una estatuilla dorada al mejor actor secundario en la piel de Paul Gauguin en El loco del pelo rojo (1956).

Sin embargo, el récord de la actuación de menor duración galardonad­a con un Oscar lo tiene una intérprete estadounid­ense que necesitó un total de cinco minutos y cuarenta segundos para llevarse a casa el premio a la mejor actriz secundaria por encarnar a Louise Schumacher, la sufrida esposa de un infiel productor de televisión al que daba vida William Holden en Network, un mundo implacable (1976), un magnífico análisis sobre el poder de la pequeña pantalla dirigido por Sidney Lumet. Beatrice Straight se impuso a una jovencísim­a Jodie Foster, nominada por Taxi Driver; Piper Laurie por Carrie; Lee Grant por El viaje de los malditos y Jane Alexander por Todos los hombres del presidente. La actriz se labró una carrera básicament­e en el teatro y la televisión. En el cine trabajó siempre en papeles secundario­s, y uno de sus personajes más recordados fue el de la investigad­ora de sucesos paranormal­es Martha Lesh en Poltergeis­t (1982). Falleció en el 2001 a los 86 años a causa de una neumonía.

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