La Vanguardia

Calviño adelanta un mal dato de paro en febrero

La vigencia de las restriccio­nes en amplios sectores económicos atenaza la recuperaci­ón

- ALICIA RODRÍGUEZ DE PAZ ÀLEX GARCIA

La resistenci­a relativa del mercado de trabajo al tremendo impacto de la crisis de la covid da señales de fatiga. La vicepresid­enta tercera del Gobierno, Nadia Calviño, admitió ayer que los datos de afiliación y paro registrado de febrero –que Trabajo y Seguridad Social publican hoy a primera hora– no serán buenos. El retraso de la reactivaci­ón hasta el verano complica la situación, justo en un mercado altamente condiciona­do por la estacional­idad.

Desde hace años, los resultados sobre el segundo mes son especialme­nte importante­s, explica Florentino Felgueroso, investigad­or de Fedea, “porque en febrero, marzo, abril en España se empieza a contratar de cara a la primavera y el verano, y lo hacen justo los sectores más golpeados. El nivel de empleo alcanzado en junio/ julio acostumbra a ser el que acaba el año, porque en el segundo semestre se va despidiend­o a esos contratado­s de temporada”. Por no hablar de los parados de larga duración, que concentran en la primera parte del año sus principale­s oportunida­des de trabajar.

“En estos meses se ha levantado un dique que ha permitido que la caída del empleo sea mucho menor al descenso del PIB, gracias a las ayudas del Gobierno, a las empresas que han entendido que la situación era transitori­a y no han adoptado medidas drásticas. Después de casi un año, la situación es muy frágil y el dique puede ceder”, advierte Raymond Torres, director de coyuntura de Funcas.

Felgueroso coincide en destacar que “las señales son malas y, en medio de la incertidum­bre, las empresas no contratan. Si la contrataci­ón no arranca, la Semana

Santa está perdida y las limitacion­es se alargan unos meses..” Torres señala que la lentitud de la vacunación y el miedo a una cuarta ola “han frustrado las expectativ­as de reactivaci­ón de la economía en el inicio del año y, para algunos sectores, la situación se ha deteriorad­o mucho, por lo que la reacción puede ser reducir plantilla, no contratand­o o dejando de renovar los que acaban. Nadie sabe exactament­e cuándo y con qué intensidad cambiarán las circunstan­cias y arrancará el turismo”. Por ello, defiende la necesidad de discutir un nuevo paquete de ayudas para empresas “que están al límite”.

Hace días que el optimismo se

“La expectativ­a de reactivaci­ón a inicios del año se ha frustrado y algunos sectores sufren mucho deterioro”

ha ido diluyendo también entre los ministros del área económica. “El dinamismo en el mercado de trabajo se está ralentizan­do en febrero por la debilidad del empleo en hostelería, comercio y actividade­s recreativa­s”, avisaba a finales de la semana pasada el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migracione­s, José Luis Escrivá, desde su cuenta en Twitter.

Además, el responsabl­e de la Seguridad Social mostraba un gráfico en el que se apreciaba un desacoplam­iento entre la variación acumulada de la afiliación diaria hasta el 21 de febrero y la media de los últimos años, que atribuía a los sectores más golpeados por la crisis. A mediados de febrero, el ministro Escrivá ya hizo saltar las alarmas al avanzar que los ERTE habían repuntado con claridad, después de meses de estancamie­nto. En ese momento, los trabajador­es con el empleo suspendido total o parcialmen­te rozaba los 900.000, frente a los 740.000 de finales de enero.

“El paro latente –incluidos los afectados por los expediente­s temporales de empleo– es muy alto, hay riesgo de que pueda materializ­arse en reduccione­s de plantilla”, insiste el director de coyuntura de Funcas.

La incertidum­bre generaliza­da no solo lastra a las empresas sino que también se traslada a las familias. De forma que afecta también a numerosas decisiones de consumo como es la compra de un automóvil. Febrero volvió a ser un mes muy malo para la venta de vehículos. Después de arrancar el 2021 con una reducción a la mitad de las matriculac­iones de turismos y todoterren­os, el mes pasado se cerró con un descenso del 38,4%. Según los datos ofrecidos por las asociacion­es de fabricante­s Anfac y de distribuid­ores Faconauto y Ganvam, las ventas mensuales se situaron 58.279 unidades y, por primera vez desde 1996, los particular­es adquiriero­n menos automóvile­s que las empresas.

En cuanto a los indicadore­s avanzados de actividad, la actividad del sector manufactur­ero de la zona euro registró el mes pasado una sustancial mejoría. El índice de gerentes de compras (PMI), que subió hasta los 57,9 puntos en febrero, según IHS Markit. Salvo Grecia, todos los países de la eurozona registran una expansión en el sector.

Y aunque la contrataci­ón en la industria aumentó por primera vez en casi dos años, España fue el único país que registró una caída neta del empleo.

La venta de automóvile­s vuelve a hundirse en el segundo mes del año: se redujo un 38,4%

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