El acierto de votar el 14-F
Todos aquellos que defendimos que el 14-F se podía votar en Catalunya sin riesgo para la salud hemos de felicitarnos ahora porque, con los datos en la mano, la celebración de las elecciones no ha disparado los contagios. Toca aplaudir a los responsables de la Generalitat que prepararon los dispositivos para asegurar una votación segura, así como a todos los miembros de las mesas electorales que colaboraron de forma cívica en el éxito de aquella jornada. Pero también quería tener un recuerdo para todas aquellas voces agoreras que auguraban un incremento de la pandemia por querer forzar la jornada electoral. Se llegaron a vertir acusaciones muy graves contra los defensores de la convocatoria con argumentos como el número de fallecimientos que se produjeron en Estados Unidos después de celebrar sus elecciones.
Ciertamente, el 14-F registró un gran aumento de la abstención, pero nadie puede dudar de la legitimidad del resultado y, lo que es más importante, hoy nadie puede lamentarse de una propagación de los casos de covid. Vale la pena escribir que sin la intervención del TSJC ahora seguiríamos en precampaña electoral hasta el día 30 de mayo. Imagínense el panorama.
Los catalanes han escogido a sus representantes, y después de la parálisis que vivió Catalunya durante la pasada legislatura es hora de que se cierre un pacto de gobierno parar empezar una nueva etapa. Si son incapaces de ponerse de acuerdo y se agotan los plazos, no habrá más alternativa que volver a votar, pero será producto de su impotencia.
Es bueno que se supere la imagen de fragilidad y división que transmite el actual Govern en funciones, como se ha puesto de manifiesto con la crisis de las acciones vandálicas de los últimos días. No es baladí que hasta 200 entidades participen el próximo jueves en un acto de reivindicación para pedir que haya un gobierno centrado en la recuperación económica y social del país.
Ya no hay más excusas. Catalunya necesita un gobierno fuerte y cohesionado y no se puede perder más el tiempo. Valió la pena votar en el mes de febrero, pero que no haya más dilaciones, por favor.