La Vanguardia

El metro ultima su llegada hasta el final de la Zona Franca

Las tres estaciones pendientes sobre el viaducto que atraviesa el polígono entrarán en funcionami­ento a lo largo del mes de abril

- DAVID GUERRERO

Desde la altura que proporcion­a la todavía única estación elevada del metro de Barcelona se aprecia como la pintura sobre el asfalto del paseo central de la larguísima calle A representa una cinta métrica de costura, de las clásicas de color amarillo con los números en negro. La cinta lleva ahí unos cuantos años desplegada, en ciertas partes incluso ya se encuentra algo desgastada, pero sin agujas no había quien cosiese el gran polígono industrial de la capital catalana y culminase la llegada del metro sobre el fin del viaducto erigido hace más de una década.

Unas partidas sobrantes de aquí y de allá han permitido a la Generalita­t finalizar las obras dejadas a medias en las tres estaciones que quedaban pendientes de la L10 Sur. De hecho, los trenes sin conductor pasaban por las paradas de camino a las cocheras desde la puesta en marcha de la L9 Sur hace cinco años, pero aún faltaba acondicion­ar las estaciones, con sus máquinas validadora­s, los paneles informativ­os y todos los elementos necesarios. Entre una cosa y otra, han sido 10,5 millones de euros de inversión, en los que se engloba también la estación de Zona Franca, la primera del viaducto, puesta en servicio hace poco más de un año, dentro del mismo paquete de inversione­s.

La intención es finalizar los trabajos en las tres paradas pendientes antes del 22 de marzo, de manera que Transports Metropolit­ans de Barcelona (TMB) pueda hacer las pruebas pertinente­s durante las primeras semanas de abril para poder poner en marcha el servicio antes de que acabe el mes.

Por orden según avanza el tren sobre el viaducto viniendo de Barcelona, las tres estaciones a inaugurar son Port Comercial - La Factoria, Ecoparc y ZAL - Riu Vell. La primera de ellas ha cambiado el nombre original y se le ha añadido el nombre de “la factoría” en homenaje a la antigua fábrica de Seat en ese lugar. Las otras dos cogen su nombre de los usos actuales: la planta de tratamient­o de residuos en un caso, y la Zona de Actividade­s Logísticas, en el otro, con la coletilla de Riu Vell en referencia a la antigua desembocad­ura del río Llobregat, desviado para la ampliación del puerto de Barcelona.

Desde este punto, donde acaba el viaducto frente a una rotonda, estaba previsto que se prolongase la infraestru­ctura hasta una última parada en el polígono Pratenc, ya en el término municipal de El Prat de Llobregat, pero dicha actuación ni se contempla por el momento en el plan económico financiero de reactivaci­ón del tramo central de la línea 9, donde curiosamen­te se incluye la parada Motors, al final del paseo de la Zona Franca, junto al futuro barrio de la Marina del Prat Vermell.

Las tres nuevas estaciones está previsto que acojan cerca de un millón de viajes anuales, según las previsione­s prepandémi­cas, una cifra que ahora se debe ajustar ya que el transporte público barcelonés mueve entre el 50% y el 60% de la demanda que era habitual hace un año. Sea como sea, la concejal de Movilidad y presidenta de TMB, Rosa Alarcón, considera que “ayudarán en la lucha constante para que la movilidad laboral se pueda hacer en transporte público teniendo una buena experienci­a de viaje”. Alarcón visitó las obras ayer junto al conseller de Territori, Damià Calvet, que considera la puesta en servicio del metro sobre el viaducto como “una necesidad al servicio de las personas”.

Si hay algún legado en materia de infraestru­cturas del Govern saliente es precisamen­te la L10 Sur, que en esta legislatur­a ha conseguido poner en servicio cinco estaciones: dos en l’hospitalet (Provençana y Ciutat de la Justícia), dos en Barcelona, bajo el paseo de la Zona Franca (Foneria y Foc), y una última en la propia zona industrial (Zona Franca), donde habrá

Las nuevas paradas de la L10 permitirán llegar en transporte público a puestos de trabajo hasta ahora mal conectados

que sumar el mes que viene las tres nuevas del viaducto.

El proyecto de finalizaci­ón de estas estaciones se ha acompañado de una actuación energética. Las cubiertas se han llenado de placas fotovoltai­cas. También se han instalado sobre las cocheras de la L9, que suponen el equivalent­e a cinco manzanas del Eixample, con el objetivo de aportar energía renovable al funcionami­ento del transporte público. Muy cerca de aquí precisamen­te se instalará este año la primera suministra­dora de hidrógeno para los primeros ocho autobuses movidos por esta energía que deben llegar a TMB este año. También podrá ser utilizada por particular­es y flotas de empresas de la zona que tengan vehículos adaptados al novedoso hidrógeno.

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LLIBERT TEIXIDÓ Los trenes automático­s permiten contemplar las vías sobre el viaducto en toda su extensión

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