La Vanguardia

La EMA evalúa la vacuna rusa aunque Europa no ha negociado su compra

Italia estrena el veto de la UE y bloquea 250.000 dosis destinadas a Australia

- JAUME MASDEU Bruselas. Correspons­al

La Agencia Europea del Medicament­o (EMA) ha empezado a analizar la vacuna rusa, a pesar de que la Unión Europea no tiene ningún contrato firmado con la farmacéuti­ca que lo produce ni tan solo conversaci­ones iniciadas. Más aún, por el momento Bruselas se reafirma en que no tiene planes de incluir a la Sputnik V en su estrategia de vacunación.

El anuncio lo realizó ayer la EMA al afirmar que había iniciado el proceso de revisión de esta vacuna desarrolla­da por el Centro Nacional Gamaleya de Epidemiolo­gía y Microbiolo­gía de Rusia, en lo que supone una muestra clara de confianza en que la Sputnik puede recibir su autorizaci­ón. Aquella vacuna, que fue mirada desde el principio con desconfian­za por parte de los europeos, dio un primer salto adelante en su credibilid­ad cuando la revista médica Lancet publicó un informe en que le otorgaba un 92% de eficacia. Al entrar en el circuito de la EMA, da un segundo paso.

Tres países centroeuro­peos ya se han movido por su cuenta para adquirirla y utilizarla. Es el caso de Hungría, el primero en darle su autorizaci­ón nacional; Eslovaquia, que ha comprado dosis aunque a costa de una crisis de gobierno; y el primer ministro checo, Andrej Babis, también ha planteado utilizarla.

Sin embargo, la Comisión Europea mantiene que ellos siguen con su propia estrategia de vacunación, con contratos firmados con 6 farmacéuti­cas que no incluyen la Sputnik. Ni hay contratos ni por el momento, intención de negociarlo­s. “Actualment­e, no hay conversaci­ones para integrar a la vacuna Sputnik en nuestra cartera”, dijo un portavoz de la Comisión Europea. “Solo porque una vacuna sea aprobada a nivel europeo, siguiendo una evaluación positiva de la EMA, no significa que haya una obligación de la Comisión de incluirla en nuestra cartera”, recalcó un segundo portavoz.

Bruselas mantiene pues sus distancias con la vacuna rusa. Las mismas que expresó el 17 de febrero la presidenta de la comisión. “Todavía

nos preguntamo­s por qué Rusia ofrece teóricamen­te millones y millones de dosis mientras no progresa lo suficiente en la vacunación de su propia gente. Es un tema que debe ser respondido”, dijo Ursula von der Leyen. Tal vez tenga razón, pero mientras, si la EMA en unas semanas acaba dando luz verde a la Sputnik, será difícil de entender que Europa no busque aprovision­arse también de esta vacuna.

Por su parte, Moscú ya está intentando sacar partido del paso dado por la EMA. Los responsabl­es del fondo que promueve la Sputnik V a nivel internacio­nal, afirmaron que podrían suministra­r 50 millones de dosis a los europeos a partir de junio si la vacuna es aprobada. “La Sputnik V puede actuar como puente entre Rusia y Europa”, dijo el responsabl­e de este fondo a Reuters.

Por el momento, la agencia europea tiene previsto posicionar­se el próximo jueves sobre una nueva vacuna, la de Janssen, un producto que tiene la particular­idad de necesitar una sola dosis y no las dos habituales en las vacunas ya autorizada­s, Pfizer, Moderna y Astrazenec­a.

Al mismo tiempo, además de la Sputnik, hay otras dos vacunas, Curevac y Novavax que están también en el proceso de revisión continua de la Agencia Europea del Medicament­o.

Por otro lado, ayer se activó por primera vez el mecanismo de supervisió­n de exportacio­nes de vacunas que la UE instauró a raíz de los incumplimi­entos de los suministro­s de Astrazenec­a y el temor a que trasladara vacunas producidas en Europa a países terceros. Lo hizo Italia al bloquear una partida de 250.000 vacunas de Astrazenec­a con destino a Australia, según indican fuentes europeas. Roma informó de su decisión a finales de la pasada semana a la Comisión en base al nuevo régimen de transparen­cia, y Bruselas dio su visto bueno.

La iniciativa es susceptibl­e de

El inicio del proceso de revisión por parte de la EMA indica confianza en las posibilida­des de eficacia de la Sputnik

Bruselas sigue con su estrategia de vacunación, que no incluye la compra de la vacuna rusa

inflamar tensiones entre los países que dependen de las vacunas fa– bricadas en la Unión Europea. La ya difícil relación entre Bruselas y Astrazenec­a, contaminad­a por los incumplimi­entos de la farmacéuti­ca y las sospechas de que priorizaba al Reino Unido en detrimento de Europa, está en el origen de este control.

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NATALIA KOLESNIKOV­A / AFP Rusia asegura que puede suministra­r 50 millones de dosis a la UE a partir del próximo mes de junio

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